Raúl Fernández
Ciudad Real
Movistar Inter cumplió con su papel de favorito y se metió en la final. Pero lo hizo sin soltura y con muchas complicaciones, las que le puso un Jaén Paraíso Interior dispuesto a seguir vivo en la Copa y a repetir el título de hace dos años en el mismo pabellón. Los andaluces pelearon al máximo y desconectaron a los madrileños, que sufrieron mucho sobre la pista y fueron incapaces de dar brillo a su juego. Dos definiciones perfectas de Ricardinho, nada más comenzar el choque, y de Taffy, a falta de cinco minutos, inclinaron la balanza para un Inter que puso fin a otro sueño más de los jiennenses, nuevamente llevados en volandas por su hinchada.
A los 37 segundos ya ganaba Movistar Inter. Ricardinho encaró solo a Dídac y no dejó pasar la oportunidad para poner en ventaja a los suyos, quizá picados por las declaraciones previas de su presidente, José María García, muy crítico con el nivel de su equipo en los cuartos de final. Tampoco mejoró mucho en este encuentro.
Parecía que los madrileños iban a tener el partido de cara, más todavía cuando Rafael volvió a encontrarse solo ante el meta rival, que esta vez sí pudo despejar el balón. Pero Jaén, en su pabellón talismán, quiso responder. Y lo hizo pronto. Boyís tiró la diagonal al segundo palo como mandan los cánones y allí encontró a Mauricio para empujarla con confusión, porque el balón rebotó en el poste de dentro y pareció no entrar. Los colegiados confirmaron que sí lo hizo, y el 1-1 se colocó en el electrónico.
Tras ese arranque vibrante, el duelo entró en una larga fase de equilibrio, sin dominador claro y con acercamientos, algunos muy peligrosos, en una y otra portería. Pero el gol no llegaba, por más que las aficiones, la de Jaén más numerosa, alentaban a los suyos.
Así se entró en el tramo final del primer periodo, con un lanzamiento al larguero de Chino, un ex jugador de aquel FS Puertollano de Primera División, y la quinta falta de Movistar Inter con 1:55 por jugar. En ese tiempo hubo tres llegadas muy claras, una para Javi Alonso, por el Jaén, y dos disparos con veneno para el Movistar Inter de Ricardinho y Gadeia. El 1-1 se mantuvo en el descanso.
No varió el rumbo del juego en el comienzo de la segunda parte, que se mantuvo igualado, táctico y sin que ambos conjuntos divisaran con claridad la portería contraria. Así pasaban los minutos, sin grandes detalles, ni fogosos ataques. Parecía una especie de espera en movimiento antes de la gran batalla en el final, la que, al menos, se esperaba en el Quijote Arena.
Al menos aligeró el Inter su ritmo con la entrada de los últimos diez minutos, apoyado también en el mayor desgaste fisico del Jaén y, por supuesto, en la calidad de Ricardinho. El rival amarillo aguantó bien la embestida, a base de solidez defensiva y de agarrarse a la pista. Pero no pudo ya con la calidad de Taffy. El brasileño dejó sentado a Murga y la colocó en el palo largo para poner el 1-2, con menos de cinco minutos por jugar.
Al Jaén no le quedó otro que jugar de cinco, con Dídac de portero-jugador primero y luego Chino. Pero no encontró el camino de la meta de Jesús Herrero y dijo adiós a la Copa de España y a su gran idilio con Ciudad Real, en donde la ganó en 2015. Un espeso Movistar Inter pudo frenar la marea amarilla.