Todo lo de atrás, lo que ha sucedido desde el debut el pasado 16 de septiembre, ya no cuenta. Los primeros partidos en el Quijote Arena, el histórico primer punto logrado en Peñíscola, la vuelta a un remodelado pabellón Virgen de la Cabeza, el cese del técnico Leo Herrera, la llegada de David Ramos, las lesiones, las salidas de jugadores, las entradas de otros…. Todo eso son capítulos pasados del libro del primer año del Viña Albali Valdepeñas en la máxima categoría del fútbol sala nacional cuyo desenlace se resolverá este sábado. Y será en un único partido, en 40 minutos en los que los azulones se jugarán esta temporada a una carta, a un todo, la permanencia, o un nada, el descenso.
Será en el pabellón Virgen de la Cabeza, a partir de las 18:30 horas, cuando el conjunto vinatero dispute ese encuentro vital, un calificativo utilizado mucho pero que esta vez es más real y significativo que nunca. La última cita del calendario hará que los azulones se midan con el Naturpellet Segovia, el rival directo por la salvación y que llegará a la ciudad del vino en zona de descenso y con un punto menos. Es decir, ambos dependen de sí mismos, de lo que hagan en este trascendental choque para cumplir o no los objetivos marcados. Las premisas están claras: si el FS Valdepeñas gana o empata, seguirá un segundo año más en Primera División. Si pierde, los segovianos permanecerán y mandarán al cuadro manchego a Segunda.
La tensión y la presión se palpan en el ambiente desde hace días y esos sentimientos, que pueden congelar las ideas de los jugadores, son los que el equipo local quiere manejar bien para salir airoso. Al menos, tendrá a la afición como punto de apoyo, de ayuda máxima en un pabellón que estará abarrotado de público para apoyar a los suyos y llevarles en volandas hacia la permanencia. La hinchada, siempre fiel a lo largo del curso, se perfila como un factor también clave para el deseado triunfo.
A esta final llegará el FS Valdepeñas con la seria duda de Dani Santos, que sufrió en el último partido un durísimo golpe en el abdomen. Habrá que ver si el máximo goleador podrá estar o no sobre la pista en un encuentro que nadie se quiere perder porque en él estará en juego la temporada y el futuro. Un partido a todo o nada.