El Formac Villarrubia se llevó los tres puntos en el derbi provincial ante el Almagro. La expulsión inicial de Suso y el tanto sobre la bocina de Toni Seoane desquiciaron a uno y otro equipo que señalaron al colegiado como el negativo protagonista del encuentro. Diez amarillas y seis rojas fue el parte de guerra que dejó un partido que, según Manolo Alfaro, “en otras circunstancias hubiera sido vibrante y bonito”.
Rubén Moreno adelantaba al Villarrubia a los 21 minutos y después de varias ocasiones para uno y para otro, Paco Tomás se marcaba en propia puerta para poner las tablas a ocho minutos del final, pero Toni Seoane, sobre la bocina cabeceaba para poner el definitivo 2-1 y dejar con vida al Villarrubia de cara a ese play off de ascenso y muy tocado al Almagro por la parte baja de la tabla.
“Estoy muy contento con el equipo porque con once para once estuvimos muy bien, pero con uno menos, había que defender y fueron muchos minutos en inferioridad, pro el equipo supo sufrir en todo momento”, comentaba Alfaro tras la conclusión del partido.
Lamentaba el técnico alcalaíno que “cometimos un error en el empate, pero con uno menos conseguimos darle la vuelta al marcador y por eso me quedo con lo bueno”. Insistía el entrenador en que “pudo haber sido un partido vibrante y bonito, pero el colegiado terminó desquiciando a todos por igual.
Cuestionado sobre el robo que denuncia el Almagro, Alfaro opinaba que “yo creo que no hubo robo ninguno. El Almagro tuvo sus ocasiones y sus opciones, pero conseguimos darle la vuelta después de la expulsión de Suso”, pero no se escondía a la hora de exponer que “me produce tristeza la expulsión porque llevo dos años sin una amarilla. Yo solo pido respeto. Hay árbitros que se puede dialogar con ellos. Y hay otros que no”.
Por eso, para el entrenador del Villarrubia fue “una victoria agridulce”. Por último, reconocía que “estamos mirando al Guadalajara, pero también tenemos que hacer los deberes y cumplir en cada partido”.