El Calvo Sotelo rascó un importante punto en su visita a Villacañas. Pudo ganar perfectamente el equipo industrial y pudo sentenciar el encuentro en la primera mitad, pero los de Andrés Viñas perdonaron demasiado y, lo que pudo terminar en victoria, casi termina en derrota.
Por eso, con sabor agridulce y con la sensación de haber perdido dos puntos en lugar de haber ganado uno, la expedición azul afrontó el viaje de vuelta a Puertollano. Así lo reconocía el entrenador del Calvo Sotelo al finalizar el partido. “Es un punto agridulce porque más que ganar un punto perdimos dos”, reconocía Viñas a la vez que se lamentaba de que “el partido lo tuvimos que matar en la primera parte” y no esperar hasta el final para sumar un empate y terminar sufriendo.
“Tuvimos tres ocasiones muy claras; Valdivia delante del portero, Maikel a portería vacía y otra en un centro lateral que el mismo Maikel la pega mordida. Si hubiéramos sentenciado el partido, no nos estaríamos lamentando”, explicaba el entrenador que volvía a subrayar que “tuvimos el partido en nuestra mano y casi terminamos perdiendo”.
También se lamentaba del gol encajado al señalar que “es un error a la hora de tomar una decisión, pero esto es fútbol y ya está, pero lo que te joroba es que de un partido de 0-3, al final terminas casi perdiendo” y volvía a reclamar que “tenemos que marcar la diferencia en muchos detalles; tanto en la fortaleza defensiva como en la pegada”.
No obstante, apuntaba al partido del próximo domingo ante el Madridejos como una nueva prueba para resarcirse y hacer bueno el punto. “Tenemos que ser capaces de ganar en casa y hacer bueno el empate, pero sobre todo, sumar puntos como sea porque ya estamos perdonando demasiado”, finalizaba Andrés Viñas.
Mientras tanto, el cuerpo técnico está pendiente de la evolución de Iván Limón que se tuvo que retirar del partido por un fuerte golpe en el cuádriceps.