Una situación que parece imposible en fútbol se desmonta rápidamente tirando de hemeroteca. Y esto le va a venir muy bien a la U.D. Socuéllamos para creer en la machada. Además de las grandes gestas de sobra conocidas como puedan ser el 12-1 de España a Malta, las épicas del Real Madrid en las noches europeas, el 6-1 del Barcelona al PSG, el más reciente 4-0 encajado por el mismo conjunto culé ante el Livepool o incluso hace apenas días veíamos cómo el Deportivo de La Coruña se veía en Primera División pero un 3-0 encajado en Mallorca contra todo pronóstico cambió de manera radical el inquilino de esa última plaza en la élite. Nuestra Selección sub-21 necesitaba golear para lograr el pase semifinales de la Eurocopa y lo hizo 5-0. Pero curiosamente encontramos una situación de gran parecido a la que va a afrontar el domingo el conjunto de Mario Simón y que además acabó con éxito. Fue también en los play off de ascenso a Segunda B, en la temporada 13-14, cuando el Mensajero ganaba en casa por 4-0 al Astorga, que remontaba en la vuelta logrando el pase en los penaltis para terminar ascendiendo ese año. En el conjunto canario estaba bajo palos el hoy meta azulón Luis Arellano, que sufría en sus carnes aquella remontada increíble y así la explicaba: “Recuerdo que no me hacía gracia en su momento pero ahora sí porque es posible que haya una remontada, tenemos que creer y el equipo desde el lunes ya estaba creyendo y con eso se llega a cualquier sitio, querer es poder”.
Continuaba diciendo que después del 4-0 “en aquel partido le pegamos un auténtico repaso al Astorga, ese año el Mensajero fuimos también de los menos goleados de España y después de ver que ganas 4-0 en tu casa, apenas concedes ocasiones, vas fuera y es verdad que durante la semana dices, va a ser un partido difícil pero no te lo terminas de creer, tu mente quieras o no no está al cien por cien porque sin querer nos obsesionamos con que es imposible que pase pero cuando llegamos allí y empieza el Astorga a atacar y atacar y ves que vienen por todos lados y eso que hicimos lo más difícil a priori que es aguantar los primeros minutos pues hasta el minuto treinta y dos no encajamos gol, cinco minutos después nos meten el segundo y dices venga va no pasa nada pero ya tu cabeza empieza a decir, cuidado. Entramos al descanso y decimos tenemos que hacer un gol, nos meten el tercero y tu cabeza ya no está en hemos ganado 4-0 y allí vamos a hacer un gol seguro, puede caer el cuarto en cualquier momento y está igualado”.
Todo terminó por resolverse en la tanda de penaltis, la misma que le privaba al propio Socuéllamos del ascenso en Mérida. “Fallamos el primero, paro dos penaltis y fallamos tres y nos fuimos fuera, al día siguiente me levanté diciendo, esto fue una pesadilla, esto es imposible, realmente no te lo crees y al final ellos pasaron otra eliminatoria y ascendieron”.
El venezolano terminó fichando por su verdugo tras acabar la fase de ascenso y después, hablando con los compañeros “se dijeron, ellos nos metieron cuatro, por qué nosotros no podemos”.
Ahora, en el vestuario socuellamino, se encuentran con ganas “de que llegue el domingo y salir al campo, la gente estoy convencido que va a ir al Paquito, lo va a reventar y va a animar como nunca, van a hacer una quedada para antes del partido y aparte de ser bueno para la afición es bueno para nosotros, sentirte respaldado por tu gente que siempre está con nosotros y que el equipo rival se sienta amenazado, todo lo que sea sumar nos va a ayudar a conseguir el objetivo, que es difícil pero imposible no hay nada”.
Para esto resultará fundamental cómo estén de enchufados los goleadores del equipo, en este aspecto “cualquiera que juegue el domingo está capacitado para meter gol, cien por cien”.