Un déjà vu es la sensación de pasar por algo ya vivido, aunque no real. Sin embargo, esta paramnesia es tan verdadera como la vida misma. La Solana perdió el jueves contra el Manchego (1-3) y La Moheda sintió el escalofrío de que la historia se estaba repitiendo. Al dedillo.
Los amarillos han calcado el arranque liguero del año pasado con la precisión de un huevo de Fabergé. Cinco partidos, cuatro puntos, seis goles a favor y once en contra. O sea, esta película ya la hemos visto. Una película de terror durante tres cuartas partes del argumento, aunque con final feliz.
Pocos quieren repetir ese sinuoso trayecto. La Junta Directiva ha hecho un esfuerzo para construir un equipo más potente, y también más caro, de modo que pensar en un sufrimiento como el del año pasado eriza el vello. Basta con ver la cara y el gesto del presidente, Patricio Peinado, al término del partido. Se le caía el palco encima.
“En actitud no puedo reprochar nada al equipo, los chicos lo han dado todo y hemos intentado hacer nuestro juego”, declaraba Pepe Berja al término del partido contra el Manchego. Pero admitía que es imposible cuando eres tan débil atrás. “Tenemos que corregir de la manera que sea tantos goles en contra porque es una losa”. “Un equipo que recibe muchos goles, al final de temporada lo pasa mal”.
En efecto, La Solana es un coladero. El míster admite que no tiene centrales rápidos, excepto Juli, y añora a Diego Sevilla, que inició la liga como un tiro… y él mismo se pegó un tiro en el pie contra La Roda. Tres partidos de sanción por hablar más de la cuenta. Tales son las dudas de Berja que declaró lo siguiente: “creo que atrás necesitamos hacer algún fichaje”. Sorprendente declaración en una plantilla con 20 fichas y defensas por doquier ¿Déficit o mala elección en los fichajes?
Es evidente que la primera crisis de la temporada acaba de instalarse en La Moheda. Los malos resultados lo amplifican todo. La afición comienza a runrunear la escasa aportación de Douglas y los constantes cambios en la alineación. Ahora Nauzet, ahora Monreal. Ahora Sancho, ahora Garceso. Ahora Juan, ahora Mini… El entrenador tiene razón cuando apela a la rotación, pero también es verdad que no acaba de encontrar un once tipo, un pasillo de seguridad por el que transitar.
En un alarde de descarga de responsabilidad sobre su chepa, Pepe Berja se ha autoculpado por las derrotas en varios partidos. “Sí estoy preocupado”. “Yo tengo gran parte de culpa”. Está bien como añagaza para proteger a sus futbolistas, pero sólo llevamos cinco partidos y corre el riesgo de quemar el argumento.
Al menos, hay que agradecerle que no eche balones fuera y se ponga al frente para recibir los ‘sopapos’. Sabe que la situación es difícil, máxime cuando La Solana aún no se ha cruzado con ninguno de los diez primeros clasificados. Villacañas es una buena ocasión para la inflexión… o para hurgar en la herida. Con todo, el linarense insiste en que tiene una plantilla capaz. “Si no confiara en este equipo mañana mismo ni vendría entrenar”.
