Francisco J. Otero
Ciudad Real
Esto del deporte se pone a veces muy bíblico. El partido de ayer en el Trujillo, se aplica aquello de Marcos, lo de que “a cualquiera que tiene, se le dará más, y tendrá en abundancia; pero a cualquiera que no tiene, aun lo que tiene se le quitará”. Si tienen dudas de quién va a ganar un partido igualado, no hay más que mirar la clasificación y lo más probable es que caíga del lado del que esté arriba. Eso pasó en Almagro, justo lo contrario de lo que le pasaba al equipo encajero la temporada anterior.
Un tanto de Ureña y mucho sufrimiento necesitó el equipo calatravo para deshacerse del Villarrubia e igualar al Almansa en puestos de promoción de ascenso. Los de Sergio Inclán, que ofrecieron un buen encuentro, se marcharon del Manuel Trujillo de vacío y seguirán sufriendo entre los más rezagados del pelotón.
Las ausencias y el viento marcaron el planteamiento del encuentro, el derbi de la jornada. Sergio Inclán no pudo contar, al final, ni con Juanma Ortiz ni con Rubén Gómez. Entraron Moha y Juanfri. Por su parte, Darío optó por repetir el once que empató en Illescas, con el único cambio, obligado, de Pedro por Carlos García. El aire soplaba a favor de los visitantes en el primer acto.
No hubo avisos. El Almagro disparó primero y preguntó después, marcando en su primer acercamiento con peligro. Juanlu sacó el tiralíneas para buscar en largo a Douglas, que se fajó con los centrales mientras el balón se quedaba atrás, donde llegó Ureña, que la pegó fuerte y a la escuadra para hacer el primero de la tarde.
Reacción
El Villarrubia reaccionó a balón parado, primero con un córner muy peligroso que forzó Juanfri y que se paseó por el área chica local. Luego, en una falta que cabeceó Moraga, muy solo, ligeramente desviado. A la tercera tampoco fue la vencida, por muy poco. Un córner sacado por Pirri lo remató de cabeza, en boca de gol, Juanfri. El cuero se marchó milagrosamente fuera.
El balón era por entonces blanquiazul, pero el Almagro fue poco a poco conteniendo el ímpetu villarrubiero y amagando con el segundo. Juanlu lo intentó de lejos, en un precioso lanzamiento que se fue acariciando el poste derecho. Lo cierto es que se hacía difícil jugar con el viento. A los visitantes los balones se les iban largos; a los locales, cortos. El peligro seguía llegando para Astillero desde la esquina. Un nuevo córner botado por Pirri acabó en un tremendo remate de Pedro contra su portero, que se fue alto por muy poco. Por cierto, que González del Campo, al que ya se le criticaba el criterio con las cartulinas, le dio el balón a los rojillos.
Todavía tuvo una ocasión el Almagro antes del descanso, en una contra muy bien llevada. Douglas encaró a Moraga para quedarse solo y este le derribó al borde del área, recibiendo la amarilla. Gascón no acertó con el saque, que estrelló en la barrera.
En el vestuario, ambos entrenadores movieron ficha. Jaime Beaumud entró por Camacho en los blanquiazules, obligados a buscar la igualada, mientras que en los locales, Mini dejaba su sitio en el lateral a Pepe, con la misión de controlar las internadas de Santi Cabeza y las progresiones de Moraga.
Juanlu probó suerte en el 53, en una contra en la que Douglas encontró el hueco para habilitar la llegada del almagreño. Pero la más clara llegó un minuto después, cuando un pase larguísimo lo remató en el punto de penalti, de volea, un Ureña que lucía un vendaje en su pierna izquierda, sobrecargada. Se lució Carlos Villa para mandarla a córner. El encuentro, movido por el viento, iba y venía. Un pase de Juanfri estuvo a punto de significar el empate, pero Pirri no acertó a rematar. Poco después, Darío dio entrada a Chendo por Douglas, retrasando a Ureña al lugar que había ocupado el brasileño.
Apretón blanquiazul
Apretó entonces el Villarrubia como no lo había hecho hasta ese momento. El Almagro dio un paso atrás. Los de Inclán tenían el esférico y se jugaba muy cerca del área de Astillero. Darío hizo su tercer cambio en el minuto 70. Moraga entró por Juanlu, que cuajó un buen encuentro. Pirri, en una falta, aumentó un poco más la presión sobre el Almagro, en un lanzamiento que rozó el poste, justo antes de que Inclán cambiara a Agus por Chucho.
Al partido no le faltó de nada. En el 79 apareció por el Trujillo un fantasma. Un gol de esos que no se saben si lo son o no. Fue en un saque de esquina, de los que forman parte de las especialidades de Luis Paz, olímpico. Lo sacó Carlos Villa, dentro o fuera. La jugada estiró un poco a los rojillos, que se sacudieron un poco la presión blanquiazul. Un poco, porque según pasaban los minutos, los visitantes se acercaban con muchos efectivos. El Almagro esperaba su oportunidad de pillar a su rival a la contra. Moha y Juanfri cortejaron el gol, que se dejó querer sin entregarse.
El partido le regaló entonces la que estaba esperando el Almagro. Chendo se plantó solo, pero Carlos Villa demostró sus cualidades, sacando una mano abajo que mantuvo la incertidumbre unos minutos más, hasta que en el 95, González del Campo pitó el final.
El Almagro escala hasta igualar al Almansa en los puestos de play off. Lo hizo poniéndole la pierna al Villarrubia, empujándolo un poco más hacia donde el aire huele a azufre, para acabar tan bíblicos como empezamos.