Raúl Fernández
Ciudad Real
Ya hay sentencia del Juez Único de Competición a la tarjeta roja que vio el jugador del Socuéllamos Álvaro Garrido, tras un pique con un jugador rodense por supuestamente y según rezó el acta arbitral “dar una patada a un contrario con el juego detenido”. Y el castigo ha sido muy duro para el futbolista, que ha sido suspendido con cuatro partidos “dos en aplicación del artículo 123.2 (producirse de manera violenta siempre que la acción origine riesgo, pero no se produzcan consecuencias dañosas o lesivas, más el agravante de realizar al margen del juego o estando el juego detenido) y otros dos en aplicación del artículo 117 (dirigirse a los árbitros, directivos o autoridades deportivas en términos o con actitudes de menosprecio o de desconsideración)”.
El extremo gaditano no acogió con sorpresa esta sanción “por lo que redactó el árbitro en el acta”, pero es precisamente con esa redacción con la que está en total desacuerdo para calificar su suspensión como “excesiva, porque no hice nada”. “En ningún momento llego a pegar ninguna patada al rival. Es cierto que mi error fue que me tenía que haber quitado de en medio, evitar cualquier pelea, pero fue el rival el que me arrastró el pie”, explica muy molesto el fútbolista sobre esa acción.
Precisamente el club quiso recurrir el acta arbitral, “pero no pudimos encontrar imágenes de la jugada, ni por televisión, ni de ningún aficionado”, lamentó un Garrido al que ahora le toca cumplir ese castigo “y seguir trabajando duro sin poder competir”. No le queda otra al jugador del Socuéllamos.