Chicastro / F. J. O.
Puertollano / Ciudad Real
El CD Puertollano se ha defendido, con uñas y dientes, de una muerte anunciada. El club industrial ha prolongado todo lo que ha podido, en ocasiones más allá de lo razonable, la agonía, pero ha llegado el momento en el que se ha tenido que rendir a la evidencia de que es imposible seguir caminando con la enorme losa de una deuda que ronda el 1.600.000 euros. Así que ha optado por quedarse con la esencia, hacer un paquetito y plantar con ella la semilla de un nuevo proyecto que nazca sin ataduras, para llegar, sano, adonde antes había llegado, incluso más arriba.
Así lo decidió la Asamblea celebrada ayer, con la presencia de más de 200 socios, después de una larga sesión, en la que la actual directiva llevó la voz cantante, apostando por la disolución del club. Con los números sobre la mesa, las cuentas no le salen a casi nadie para seguir con el equipo en Tercera. Los créditos privilegiados, que se deben pagar sin ninguna quita (Seguridad Social, Hacienda y AFE), alcanzan los 600.000 euros. El resto de la deuda, hasta 1.000.000, podría estar sujeta a una quita y se llegó a sugerir que esta podría ser del 50%, aunque en la fase de negociación el club presentó una propuesta del 90%, difícilmente acpetable. Raúl Molina explicó que el pago de los 600.000 euros era inminente, mientras que el del millón restante habría que abonarlo en siete años, a partir del tercero.
A este panorama hay que añadirle la espada judicial que pende sobre el club, pues la jueza ya determinó que debía entrar en fase de liquidación, aunque esta resolución esté recurrida y todavía no haya habido resolución.
Con este panorama, los miembros de la Junta Directiva que ayer se sentaron en la mesa para dar la cara ante unos socios que abarrotaron el Centro de Estudios de Puertollano (Raúl Molina, Hermino Sobrino, Santos Jiménez, Mamen Zarza y Paco Municio) mostraron su disposición para dar un paso atrás si alguien quería asumir las riendas, pues advirtieron de que de seguir adelante, los 600.000 euros de créditos privilegiados podrían ser reclamados a los que integrasen la Junta Directiva.
El atajo que asomaba con el ascenso a Preferente del Atlético Puertollano fue descartado por los socios y la directiva. Las negociaciones entre ambos no llegaron a buen puerto, con el puesto de presidente como principal escollo, ya que los dos clubes consideraban imprescindible que fueran sus mandatarios los que ocuparan esa posición. Apenas dos socios votaron a favor de unir los caminos de las dos instituciones.
En un ambiente muy emotivo, con las lágrimas asomándose al rostro de muchos socios, entre ellos el de un emocionado Raúl Molina, se decidió que en cuanto terminara la liga se procedería a la disolución por decisión de los socios, una decisión mayoritaria, certificada en una votación a mano alzada.
Vuelta a los orígenes
Hasta aquí el presente y el pasado de un Puertollano que ha acabado por ponerle un punto a sus 66 años de historia. Ahora bien, a pesar de la tristeza de la fecha, lo cierto es que los socios y la directiva se conjuraron para que ese punto sea seguido y no final.
La Asamblea determinó apostar por la ilusión de un nuevo comienzo, del que empezaron a darse algunas puntadas ayer mismo.
La Junta Directiva anunció que se sentía con fuerzas para empezar desde abajo, desde Segunda Autonómica, el camino. Y apuntó a que el nuevo nombre del club sería el que tantos éxitos le proporcionó a la ciudad, el Calvo Sotelo. La idea es que se llame CDB Calvo Sotelo de Puertollano, como la Escuela de fútbol del club industrial, ya que por motivos legales es complicado utilizar nuevamente Calvo Sotelo a secas.
La pretensión es jugar, además, en El Cerrú, un estadio deslumbrante para la categoría.
Entre cánticos de “Puerto, Puerto”, se puso fin a una etapa y se apostó por otra, con una mezcla de nostalgia e ilusión.
Epílogo
Pero antes de que todo concluya, habrá tiempo para un epílogo, el que tendrá lugar mañana. El equipo se despedirá de su afición enfrentándose al Daimiel, en un encuentro que promete ser muy emocionante para todos los que han querido a un club histórico.