Antonio Martínez
Socuéllamos
Una verdadera lástima. Finalmente el Socuéllamos no fue capaz de resucitar y salir de la grave situación en la que anda sumido tantas jornadas. La victoria en Leioa fue un enorme paso, pero no era suficiente para asomar la cabeza y quedar a un partido de salir de los puestos de descenso. Había que refrendarlo con un resurgir en el ‘Paquito Giménez’ que no se produce. Las ocasiones pasan de largo y la permanencia se aleja. Quedan cuatro jornadas y lo único salvable es que la salvación está a cinco puntos y la promoción sigue igual que la semana pasada, a cuatro puntos, pero con una oportunidad menos y un rival como el Mensajero que se había acercado vuelve a escaparse. El Sanse se mete en mayores problemas y el Sestao tampoco aprieta por detrás, con lo que realmente la situación varía poco pero ahora la obligación volverá a ser máxima en otro partido a domicilio ante el Rayo Majadahonda, que viene de ganar en Toledo, Albacete, Leioa y empatar con Fuenlabrada, a día de hoy el equipo más en forma del grupo.
Los azulones afrontaron bien el inicio del choque. Muestra de ello fue el disparo que estrelló en el larguero Pau Franch a los seis minutos, que bien pudo cambiar la dinámica del partido, ya que el hecho de que el Fuenlabrada se adelantase terminó pesando demasiado.
Cargaban su juego de ataque los de Antonio Calderón por bandas en los primeros compases y, en esos instantes, Saavedra salvaba a los locales de encajar el primer gol en un mano a mano con Nana que el meta madrileño sacó con el pie.
Los visitantes estaban ganando terreno gracias al balón parado y en una de esas hicieron su primer tanto. Era el minuto 24, Luis Milla botó una falta que se estrelló en el larguero, el rechace cayó en un jugador fuenlabreño (esa fue otra de las claves del partido, la segunda jugada en la que los locales no estuvieron afortunados) que habilitó a Velasco para hacer el 0-1.
Mal volvían a pintar las cosas en el ‘Paquito Giménez’ tras recientes experiencias. El ‘Socu’ continuaba entero y trataba de no perderle la cara al partido a pesar de tener enfrente un potente rival, cargado de calidad y recursos. Belencoso dispuso antes del descanso de un remate de cabeza que se marchaba desviado pero este domingo los delanteros socuellaminos no estuvieron muy asistidos como para poder hacer algo más.
Segunda mitad
La segunda parte comenzó con una ocasión de Cervero. Los de ‘Rojo’, que no estaba en el banquillo dirigiendo a los suyos por sanción, trataban de dar celeridad a sus acciones, sabedores que todo jugaba en su contra.
Hasta que en el minuto 61 todo ese empeño tuvo su premio al cometerse penalti sobre Óscar Martín. El propio jugador canario se encargaba de transformarlo, engañando a un seguro Isma Gil y poniendo el empate parcial en el marcador.
Pero poco duró la alegría en la grada del campo socuellamino, que una vez más volvió a responder a la llamada, algo de alabar conforme se encuentra el equipo, y de nuevo enmudecía. Otra jugada a balón parado que terminaba penalizada con un tanto en contra. Era un saque de esquina cuyo rechace recuperó en la frontal del área el Fuenlabrada y terminó con otro balón entre la defensa socuellamina, donde estaba otra vez Velasco para adelantar de nuevo a su equipo.
Pronto se vería que ese tanto resultaba definitivo. Al Socuéllamos le costaba mucho crear peligro y fue de nuevo su rival quien pudo matar el partido al rematar desviado Nana en boca de gol un centro desde la derecha.
El 1-3 resultó ya anecdótico, en la última jugada del encuentro con el meta Saavedra en el área contraria rematando un córner cuyo rechace Dioni, que entraba minutos antes, se encargaba de conducir hasta la portería contraria.
El problema fue la enorme exigencia ante un rival de un nivel superior al que se estaba obligado a ganar y que terminó por imponerse en casi todas las facetas del juego, algo lógico, tratándose del mejor equipo que ha pasado por el feudo del Socuéllamos esta temporada.
En definitiva, un mazazo importante en las aspiraciones del equipo por tratar de mantener la categoría en una situación que es cada vez más límite.
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