El partido de este pasado domingo en Ciudad Real fue el partido de Diego Rivas. No importó la derrota intrascedente del equipo ante el Albacete B (0-2). Lo importante fue decir adiós al jugador ciudarrealeño, que se retira esta temporada de los campos tras una larga y dilatada trayectoria en Primera y Segunda División. Lo mejor fue despedirle, ovacionarle por todos estos años y él se emocionó junto a sus familiares, sus amigos, sus compañeros. Lo hizo rodeado del mundo del fútbol en Ciudad Real y después, también, en la rueda de prensa posterior junto a los periodistas que también le despedimos con aplausos ante sus lágrimas, sus intensas emociones, su espina clavada y su deseo de quitársela ayudando al club en los próximos años.
“Estoy en una nube. Me he emocionado desde antes de empezar el partido hasta que el míster ha decidido cambiarme. Es un punto y final en mi carrera futbolística y ahora seguiré intentando desde la posición que estoy ayudar al fútbol modesto, al profesional, al de Ciudad Real, al español…”, decía Diego Rivas en sus primeras impresiones tras su último encuentro.
El centrocampista de 38 años recordó que “siempre decía que tenía que jugar en el equipo de mi ciudad. Que me tenía que retirar en él. Ha sido el día, el día de la madre, lo recordaré para siempre porque es el día que me retiro con mi afición, con mi gente, con mi familia, con mis hijos, con mi mujer… Y en un campo al que me traía mi padre de chiquitito y donde empezaba a tener mis primeros sueños como futbolista”.
Sobre sus emociones, Diego Rivas explicó que “llevaba toda la semana tratando de ser como un dique, intentando frenar todos los recuerdos, porque sabía que en el momento en que se desbordara iba a ser un torrente de emociones, como está siendo ahora. He recordado desde que jugaba en el campo de tierra, aquí al lado, hasta hoy. He recordado toda mi carrera futbolística, los 90 minutos de hoy, desde que llegué al vestuario hasta ahora”.
En su adiós, hubo un lamento, un deseo que no se ha podido hacer realidad en sus últimos años como jugador: “Me ha faltado tiempo para intentar haber hecho algo mejor. Me voy a ir con la espina de no cumplir la promesa de jugar un play off con el equipo de mi ciudad. No lo he conseguido. Me voy a retirar con esa espina, pero espero ayudar en los próximos años a quitármela. Ahora es una espina, pero seguro que de aquí a 15 días, cuando acabe la temporada, va a ser una semilla que va a germinar y seguro que dará sus frutos”. Fue el adiós de uno de los grandes del fútbol de Ciudad Real, Diego Rivas, la despedida del ‘Profe’, como le llamaba Antoine Griezmann en la Real Sociedad.