Chicastro
Puertollano
Jonás Basso llegó en septiembre a Puertollano sin hacer ruido, trabajando en la sombra y esperando con paciencia su titularidad. Debido a unos asuntos burocráticos, el debut del central argentino se hizo esperar y no fue hasta el partido de Almagro cuando debutó con la camiseta azul. Es la primera vez que juega en España y su adaptación está siendo maravillosa. A pesar de sus poco más de 20 años, Jonás sabe que todavía tiene que conocer y aprender en esto del fútbol y más aún cuando ha dado el salto y ha salido de su país en busca de una oportunidad.
Aguerrido, con planta y muy serio, Jonás se ha convertido en una de las sensaciones del equipo. Rápido al cruce, contundente y con una gran anticipación, el central del Puertollano está llamado a hacerse un hueco importante en el mundo del fútbol.
El pasado domingo, el Puertollano empataba en Alcázar y volvía a dejar su portería a cero. Casualidad o no, lo que es cierto y real es que, con Jonás en el campo, el equipo azul no ha encajado un gol. “Ojalá sigamos en esta línea, que no nos marquen, pero también hay que decir que nosotros tenemos que marcar”, comentaba el jugador argentino.
Su pareja de baile en el centro de la defensa es el africano Pepe, un jugador joven al que, a pesar de su edad y del idioma, va conociendo poco a poco. “Me siento muy bien con Pepe”, reconocía Jonás, mostrándose muy exigente consigo mismo al señalar que “tengo que ser serio y dejarme la piel en cada partido”. Además, según el propio jugador, su mejor nivel está por llegar: “Creo que puedo dar mucho más de sí y voy a trabajar sin parar para conseguirlo”.
De cara al futuro, al partido del próximo domingo ante el Manzanares, Jonás no pensaba en otra cosa que no sea la victoria: “Siempre salimos a por los tres puntos, pero en casa, más que nunca, hay que darlo todo para ganar y agradar a la hinchada”, aseguraba el central, que reconocía, en cuanto a su adaptación a la categoría, que “los campos son muy diferentes y cada partido es mundo. Lo mismo juegas en una cancha sintética muy reducida como en un campo natural de grandes dimensiones, pero esto es lo que hace el fútbol bonito”, cerró.
