Raúl Fernández
Ciudad Real
La reunión de clubes regionales convocada por la Federación de Fútbol de Castilla-La Mancha el pasado 11 de febrero acordó una jornada de paro de todo el fútbol y fútbol sala manchego el fin de semana del 7 y 8 de marzo, a expensas, no obstante, de un acuerdo común entre las federaciones territoriales que no habían llevado a cabo un primer parón.
El pasado martes representantes de esas federaciones acudieron a la reunión de la junta directiva de la Real Federación Española de Fútbol y aceptaron esa propuesta de la Territorial de Castilla-La Mancha, por lo que para esas fechas del 7 y 8 de marzo todas las categorías del fútbol desde Tercera División hacia abajo, incluyendo las de base y las femeninas, y el fútbol sala regional desde Segunda B hacia abajo, se pondrán de huelga. Se trata de una protesta contra diversas normativas del Gobierno, especialmente la que obliga a los clubes a dar de alta en la Seguridad Social a todo aquel personal que reciba una remuneración.
En un comunicado, la Federación de Castilla-La Mancha confió en que “el ofrecimiento de diálogo y negociación, aprobado por la junta directiva de la RFEF, tanto a la LFP como al Gobierno de España abra definitivamente la vía necesaria de entendimiento para el tratamiento y solución de los temas planteados en el fútbol español, profesional y aficionado”.
Hay que recordar que fue la federación asturiana la que abrió la veda de la huelga, y la continuaron después las Territoriales de Cantabria, País Vasco, La Rioja, Cataluña, Castilla y León, Extremadura, Ceuta, Melilla y Canarias. El pasado fin de semana fue el turno para Baleares y el resto lo harán el 7 y 8 de marzo, entre ellas Castilla-La Mancha.
En el fútbol y fútbol sala de la región se produjo durante el fin de semana del 14-15 de febrero un minuto de parón como protesta que, realmente, apenas tuvo relevancia.