Área11
Almagro
El Almagro y La Gineta jugaban con muchos apuros en la tabla clasificatoria y quizás por eso el partido comenzó a un ritmo muy lento, con los dos onces bastante pendientes de su defensa. Eso sí, el Almagro salió más valiente y de hecho cabe recordar que tuvo dos opciones de saque de esquina en los primeros diez minutos que generaron mucha emoción en la grada y nervios en la expedición visitante.
A La Gineta le costó algo más meterse en el partido, quizás por las caras nuevas que había en su diezmada plantilla, un grupo que tiene que volver a hacerse después de los acontecimientos de las últimas semanas.
El local Alberto dio el primer aviso serio de peligro en el once, tras un centro por banda de Juanma en el que no supo rematar a la red pese a haberla controlado bien y encarar al portero con todas las garantías.
La ocasión provocó aún más cerrazón en las huestes rivales, que de manera visible se juntaron todavía más en torno a su portal. Los condicionamientos tácticos trajeron consigo que le equipo local ganara gran parte del rectángulo de juego, incluída la zona ancha de creación, pero eso no era garantía suficiente para marcar porque una vez llegados a las inmediaciones del área los locales chocaban de frente contra el muro visitante, que se mantenía ordenado y mostrando mucha contundencia en el despeje.
De hecho, en la primera el Almagro sólo tendría dos claras ocasiones para perforar el marco rival, en el veinte y cinco a cargo de Santi, y luego un poco más tarde otra de Salva en la que tampoco tuvo la claridad necesaria. Por otro lado, cabe decir que La Gineta no disparó con peligro. La Gineta estuvo muy encerrada en su feudo y en el primer periodo no quiso saber de riesgos.
Misma historia
La segunda fue un calco de la primera, un querer y no poder de los locales con un protagonista claro, un Alberto negado de cara al gol pues fue quien falló las más claras ante un portero visitante que realizó numerosas intervenciones de mérito y que también sería protagonista, aunque desde un punto de vista positivo.
Con todo, el Almagro no tuvo pausa ni argumentos suficientes como para doblegar a un rival que seguían pasando los minutos y pese a no dispara a puerta no se daba por enterado.
Pero si la táctica de los visitantes era ultra defensiva antes de la expulsión lo sería maún más tras ese percance. Pedro Arenas, entrenador visitante, vio como pasada la hora de juego era expulsado uno de sus efectivos, Robert por doble amarilla. A partir de aquí los hombres de Darío se volcaron sobre el portal albaceteño pero sin calidad ni suerte en el remate final.
El Almagro lo intentó todo pero casi siempre por las bravas, con más corazón que cabeza, y eso no servía para hacer daño a un rival concienciado en defensa y que ahora, con uno menos y acercándose el final del choque, se mostraba incluso más enérgico en sus decisiones. La Gineta llegó al tramo final tranquilo, sin agobios y sin ver peligrar su más que merecido punto.