Antonio Martínez
Socuéllamos
Primera consecuencia negativa del mediático partido de la pasada jornada ante el Real Madrid-Castilla del agasajado Zidane. Todo había salido a pedir de boca más allá del resultado, que es lo único que podría haber sido algo mejor. Ahora bien, mirando el parte de lesiones, habrá que lamentar una seriamente. No ya por su gravedad, que también, sino por lo damnificada que se encuentra esa línea del equipo, donde se cuenta con menos efectivos, ya que para los dos puestos de central cuenta desde el inicio de temporada García Cosín con tres futbolistas: Jacinto, Pelegrina y Pablo Buendía. El entrenador ha utilizado de manera circunstancial a Salva en esa posición por la lesión de Pablo Buendía, que todavía no ha podido debutar en liga. El defensa de Albacete fue operado hace unas semanas de meniscos y en el entreno del lunes comenzaba a realizar carrera continua, lo que es un buen síntoma, pero ahora le restan al menos tres semanas para coger el tono físico y darle consistencia a la rodilla.
Pelegrina hasta la fecha ha sido el único fijo en el eje de la zaga, hasta tal punto que lleva varias semanas con problemas en el cuádriceps de su pierna derecha sin haber podido descansar, lo que ha derivado en una más que probable rotura, según apuntaba el propio jugador: “El jueves me darán el diagnóstico de las pruebas, pero seguro que tengo rotura”. Ha forzado por las necesidades del equipo, pero tras el partido ante el Castilla el músculo dijo basta. Si se confirma la lesión, podría estar apartado en torno al mes, dependiendo del tamaño de la rotura.
Como comentábamos, el mediocentro ex del Puertollano, Salva, había sido la pareja de “Pele” hasta la irrupción de Jacinto en el once titular. Ahora el capitán se queda solo como central natural y, presumiblemente, Salva volverá a bajar a la retaguardia para acompañarle.
El capitán del ‘Socu’ cuajó un gran partido el domingo ante el filial del Real Madrid, realizando un marcaje impecable al internacional finlandés, reconociendo que había sido, “uno de los marcajes más complicados que he tenido que hacer”. Sobre todo “por lo alto que era y la corpulencia que tenía. No podías pegarte a él, tenía que dejarle un metro porque si no hacía contigo lo que quería”. Aún así, Jacinto pone por encima en dificultad marcar hombres “de más movilidad, cosa que Markkanen no tiene. Sin ir más lejos me resulta más complicado marcar a Juanma Ortiz, aunque sea en un entrenamiento, porque no para de moverse. La temporada pasada no jugó contra nosotros en el Villarrobledo pero le vi en algunos partidos y era increíble”.