Francisco J. Otero
Ciudad Real
¿Qué posibilidades hay de que te remonten un partido ganando 2-0? ¿Y de que te remonten dos veces? ¿Y de que sea el mismo equipo? ¿Y de que sea el mismo equipo en la misma temporada? Pues las mismas, más o menos de que te parta un rayo. Al Manzanares le vino a partir ese rayo, el Almagro, tras hacer una brillante primera parte. Los calatravos siguen a lo suyo, haciendo soñar a una afición cada vez más entregada, demostrando que la confianza, cuando hay calidad, es el mejor arma con el que puede contar un equipo.
Sorprendió de inicio Guillermo Alcázar dejando en el banquillo a Víctor. El de Pozuelo prescindió del que había sido referencia imprescindible en la ofensiva franjiblanca durante toda la temporada. Luque ocupó la posición del canario en la punta de ataque. Y fue precisamente él el que abrió el marcador, cuando no se habían cumplido cinco minutos. El manzanareño cazó un rechace en el área, después de un lanzamiento de Rivero que pegó en la defensa. Su tiro, raso, pegado al poste, terminó en gol.
El panorama dibujado en los vestuarios, en la previa, cambió por completo, con los visitantes por delante. Y más pudo cambiar en un exceso de confianza de Astillero, al que a punto estuvo de robar el esférico Luque poco después.
El Manzanares tiraba bien la presión por entonces y a los rojillos les costaba muchísimo conectar con los hombres de arriba. El partido era azul. Luque puso de nuevo a prueba a Astillero en una bonita jugada personal. El daimieleño respondió enviando a córner con apuros.
La primera del Almagro se hizo esperar. Llegó a los 19 minutos, en una transición que culminó Ureña con un lanzamiento que detuvo bien el debutante Carlos García. Fue un espejismo, porque siguió siendo el Manzanares el dueño del balón, el que escribía el guión. Encontró el premio en un magnífico zapatazo de Luque, otra vez Luque, desde más de 20 metros, que se coló casi por el mismo sitio que el primero. No se había cumplido la media hora.
Con el segundo, el Manzanares dio un paso atrás, juntando más sus líneas, esperando al Almagro para dar el zarpazo definitivo. El equipo encajero salía con más facilidad, pero sin crear peligro. El choque cambió en una jugada al filo del descanso, en un malentendido entre Elías y Carlos García. El portero tocó con las manos fuera del área una cesión del defensor. Gil Racionero sacó la amarilla cuando los locales clamaban por la roja. El que la vio fue Darío.
El Almagro se despertó y a Carlos García le empezaron a temblar las piernas. Justo antes del descanso, despejó mal un tiro muy normal de Ureña. Peleó Chendo el rechace y el balón terminó en las botas de Santana, que marcó, con dedicación a su hijo incluida.
Se bajó entonces el telón a una primera parte de locos, en la que el Manzanares fue mejor, pero en la que acabó con dudas, con el fantasma de la remontada de la primera vuelta rondando por la mente de todos los franjiblancos.
El partido perdió el nervio con el que había terminado el primer tiempo en el inicio del segundo. El Manzanares se guarecía y el Almagro exploraba posibilidades por ambas bandas. Curiosamente, en una contra, tras un córner para los visitantes, pudo llegar el empate, pero el centro de Juanlu lo cortó las defensa. Poco después se repetía la jugada, pero en esta ocasión De la Hoz optaba por el tiro, que terminó en córner, que terminó en un cabezazo claro de Gascón en el área chica que se perdió fuera por muy poco. Fue el preludio del golazo de Ureña que iba a significar el empate. Un centro de Juanlu encontró al de Bolaños en el pico del área. Su lanzamiento tomó el efecto perfecto para colarse en la portería franjiblanca.
El Almagro ya era el de otros partidos. Olía la remontada, el play off, los aplausos de su afición y el miedo de Carlos García, por lo demás con pinta de muy buen portero, que volvió a fallar en una cesión. Le entregó el balón a Ureña, cuyo lanzamiento lejano, sin portero, salió alto.
Los encajeros culminaron la remontada en el minuto 72. Tuvo paciencia el equipo de Darío. Movió el balón en defensa hasta que Gascón encontró un pase largo, cruzado, para la cabalgada de Juanlu. El canterazo avanzó y sacó su cañón. Nada pudo hacer el meta visitante.
El Manzanares no encajó demasiado mal el tanto. Jeisson se revolvió en el área para dejársela clara a Víctor. Este la pegó alta. Los dos jugadores franjiblancos habían entrado justo antes de que Juanlu hiciera el tercero.
El peligro rojillo rondaba por la banda izquierda. A veces Juanlu, a veces De la Hoz. Este último sirvió un preciso y precioso centro al que no alcanzó Moraga, que acaba de entrar. Ureña también pudo aumentar su cuenta, con un derechazo tras un córner, pero no, no es su pierna buena. La buena es la otra, la que utilizó para, apenas unos metros más allá del centro del campo, dibujar una vaselina perfecta que se convirtió en el cuarto. Una obra de arte para cerrar un partido que nació franjiblanco y acabó rojo, rojo.
Lo que quedaba sirvió para que la afición homenajeara a los suyos y el Almagro no hiciera el quinto de milagro.
ALMAGRO: Astillero, Juan Carlos, De la Hoz, Santana, Juampe, Gascón, Chendo (Moraga, 75’). Luis Paz, Ureña (Mini, 89’), Pedro y Juanlu (Douglas, 82’).
MANZANARES: Carlos García, Edu Olivares, Carlos Olivares (Edu Corrales, 82’), Rivero, Josema, Elías, Luis Alfonso (Jeisson, 64’) José Carlos, Luque, Martín y Kevin (Víctor, 64’).
Árbitro: Gil Racionero, asistido por Robledo Roldán y Fernández Ruiz. Mostró cartulinas amarillas a los jugadores locales Santana, Ureña y Juanlu; y a los visitantes Elías, Carlos Villa, Carlos Olivares, Luque, Edu Corrales. Tambén vio la amarilla Guillermo Alcázar y dos tarjetas amarillas Darío.
GOLES: 0-1(5’) Luque; 0-2 (29’) Luque; 1-2 (45’) Santana; 2-2 (62’) Ureña; 3-2 (71’) Juanlu; 4-2 (84’) Ureña.
INCIDENCIAS: Unos 750 espectadores en el Manuel Trujillo de Almagro. Tarde soleada.