Jorge Ureña
Ciudad Real
No todos los días se recorre uno medio planeta para regresar a casa con una medalla de bronce de un mundial al cuello y cuando lo hace el cansancio del viaje se atenúa con el tacto del metal.
Es lo que ha vivido en las últimas horas Francisco Marfil en su regreso a Ciudad Real desde Japón donde ha logrado con la selección española de Fútbol para Ciegos el tercer puesto en el Mundial tras vencer a China en la final de consolación. Ya en su casa, atiende la llamada de Lanza relativamente recuperado del viaje e ilusionado con el éxito logrado.
“Llegué muerto a Ciudad Real después de casi 24 horas de autobuses, aviones y trenes, pero teniendo el resultado que tuvimos se lleva un poco mejor. Después de lo que ha costado la medalla, el viaje de regreso cuesta un poco menos”.
Y es que el campeonato del Mundo de la selección española ha tenido un recorrido muy complicado. “La primera fase -explica Marfil- fue bastante complicada porque empezamos perdiendo en un partido muy igualado con Argentina y una vez que empiezas perdiendo vas un poco a remolque. Después llegó el empate con Alemania que era un rival al que eramos superiores pero la pelota cuando no quiere entrar… Y nos la jugamos con Korea, rival que no conocíamos y encima con un clima muy malo porque cuando llueve se complica todo todavía más”.
Hasta que llegó el momento más delicado del campeonato, la tanda de penaltis con Korea del Sur. “Fue el momento más complicado para ver quien era tercero y cuarto del grupo. Fue un momento de tensión que pasamos regular pero ganamos la tanda y a partir de ahí fue un punto de inflexión y todo salió mejor”.
Con esa mejoría llegó la medalla de bronce, aunque el ciudarreaeleño reconoce que “el objetivo era llegar a la final y ganar pero una vez estando allí la verdad es que ninguno esperabamos llegar a donde hemos llegado porque todo se iba complicando según pasaban las jornadas. Pero supimos estar todos juntos y conseguimos el tercer puesto”.
“El fútbol para ciegos está bastante igualado y es muy difícil superar a un equipo de forma clara por eso aparecen tanto las tandas de penaltis -explica Marfil-. Nosotros en este campeonato hemos tenido cuatro tandas y tres nos han sonreído pero la cuarta con Argentina fue la que nos impidió estar en la final contra Brasil. Aún así acabamos con buen sabor de boca con la victoria ante China que fuen una explosión de alegría después del campeonato que habíamos pasado”.
Esa medalla tan trabajada ya está en un lugar destacado de la casa de Francisco Marfil en Ciudad Real, aunque su dueño no tendrá mucho tiempo para disfrutarla porque toca olvidarse del Mundial y “volvemos a la realidad de la liga de fútbol para ciegos de españa -dice”.
Este ciudarrealeño pone sus cualidades defensivas al servicio de su equipo, el ONCE Málaga, con el que ahora retoma la liga en su segunda temporada. “El año pasado subcampeones de Liga, a ver si podemos dar un paso adelante esta temporada”, manifiesta.
Eso en cuanto a su club, con la selección española tendrá que seguir preparando próximas citas. “El año que viene tenemos mundial IPSA -explica-, un torneo menor pero que va a servir de preparación para europeo de agosto donde nos jugamos una plaza para los Juegos Paralímpicos de Rio que solo lograran los dos primeros. El objetivo es ganar el Europeo”.
“Hasta que el cuerpo aguante”
Francisco Marfil es un ciudarrealeño nacido en Alcoba hace ahora 36 años. Desde los 14 vive en la capital y desde 2007 practica un deporte que le ha reportado grandes alegrías, como la medalla de bronce del Mundial de Japón que conquistó hace escasas fechas. Hace ahora siete años empezó a jugar al fútbol para ciegos, un deporte en el que destaca en defensa. Él mismo reconoce que “dentro del campo lo mejor que tengo es mi faceta defensiva, lo que se me da peor es atacar. Eso sí, me lo paso genial en un campo de fútbol en los que pienso estar hasta que el cuerpo aguante”.