El polémico protocolo que teóricamente deben cumplir los clubes de Tercera División para la disputa del play off exprés está levantando ampollas. Muchos han sido los clubes de esta categoría que se han quejado sobre éste y otros aspectos que están obligados a cumplir todos los equipos que vayan a participar en esta convulsa fase de ascenso, comprometiéndose a ello por escrito a instancias de la Federación.
Aunque todavía cabe cualquier giro, de los muchos que lleva dando el máximo organismo, por el momento debe ser así pues así se ha especificado y, todo jugador que participe debe limitarse a acudir a los entrenamientos y marchar a casa, sin mantener otro tipo de vida social, lo que implicaría también, ajuntándose al protocolo, renunciar a su trabajos, pues no sería compatible según la misiva. ¿Quién va a firmar esto con verdadera conciencia de llevarlo a cabo? Un nuevo debate está servido en esta travesía por la vuelta del fútbol no profesional.
Uno de los varios jugadores socuellaminos que se hallan en este supuesto es el colombiano Stevens Barreto, llegado esta temporada al equipo procedente del Navalcarnero de Segunda B, donde a pesar de jugar en una categoría superior también estaba obligado a compaginar el fútbol con su trabajo de mecánico pues “era un club muy humilde y no nos daba para tanto, teníamos que trabajar, lo hacíamos por la mañana y por la tarde trabajo y fútbol compaginándolo, así ha sido siempre” reconocía el azulón.
Cuando se trasladó a Socuéllamos dejó su empleo pero ha vuelto a trabajar, ahora en “una empresa que hace labores en el campo, ahora estamos plantando y además llevo mantenimiento de maquinaria y motores” por su experiencia en el sector después de “cinco años en la empresa que estaba hasta que vine aquí y encontré trabajo también”.
En pocos días, si no se tuerce la cosa, volverá a reencontrarse con todos sus compañeros en el Paquito Giménez para retomar los entrenamientos aunque “no sabemos qué va a acabar pasando porque según lo que ha sacado la Federación es inviable que estemos cincuenta días sin trabajar y sin hacer vida social, en casa y entrenando, en casa y entrenando, no somos como los de Primera y Segunda División que se dedican exclusivamente a esto”.
Algunos compañeros para su suerte no cuentan con otra ocupación, pero otros como en su caso necesitan tener otros ingresos además de lo que les pueda aportar el fútbol. “Al final lo que te da de comer realmente es el trabajo y si te tienes que decidir tienes que dejar el fútbol, no es justo para nadie porque no nos lo podemos permitir. Nosotros queremos jugar pero en las mejores condiciones y que nos traten igual que a los jugadores de Primera División”.