Toda una década ha pasado desde que la selección española de fútbol conquistara su primer Mundial. Lo hizo en la tarde-noche del domingo 11 de julio de 2010, en Johannesburgo (Sudáfrica), cuando un solitario gol del manchego Andrés Iniesta, posiblemente el tanto más celebrado por muchos españoles, permitió a ‘La Roja’ entrenada por Vicente del Bosque ganar a Holanda y hacerse con el trofeo más importante de selecciones: la Copa del Mundo.
Este sábado se cumplen diez años de aquella gesta inolvidable para el deporte nuestro país. Ha pasado tiempo, pero ¿quién no recuerda dónde vio ese encuentro final, con quién y cómo celebró el gol de ‘Andresito’ en el minuto 116 de la prórroga y el triunfo final de España? Por supuesto, gente provincial relacionada con el fútbol tienen grabados esos momentos históricos que a saber si volverán a repetirse, así como deportistas ciudarrealeños de otras modalidades que también se enfundaron las camisetas de la selección aquellos días de 2010 para animar desde la distancia. Algunos de ellos han relatado a Lanza esos recuerdos y su vivencia personal en esa mágica noche tensión, de nervios, del ‘Iniesta de mi vida’ de José Antonio Camacho, del gol del manchego, del triunfo al final y de la Copa levantada por Iker Casillas.
Fue una noche de celebración en toda España. Un día de verano, cálido y por eso muchos decidieron ver esa final en zonas de campo o casas con piscina. Uno de ellos, no podía ser menos, fue el nadador y campeón de España Javier Rivas, por entonces con 15 años y que disfrutó del partido junto a nadadores, padres y madres de su grupo del Club Natación Alarcos, club en el que militaba. “Me acuerdo perfectamente. Cuando Iniesta marcó ese gol, todos empezamos a gritar y nos tiramos a la piscina uno tras otro. Vimos los minutos restantes esperando el pitido final para de nuevo correr hacia la piscina para celebrar la victoria”, cuenta y destaca que “tengo un recuerdo muy bonito de aquel día, por lo que viví y por la gente con la que lo hice”.
Una atleta de élite y que fue jugadora de fútbol en el FF La Solana, Herminia Parra, también celebró de idéntica manera ese gol y ese triunfo. “Cuando marcó Iniesta me abracé a toda mi familia, tenía la piscina al lado y, de la alegría, me tiró al agua con ropa y todo”, recuerda para después acudir “al parque a celebrar la victoria. Allí estaba todo el pueblo de La Solana con banderas, música… Fue una locura y una alegría. Recuerdo ese día con mucho cariño ya que estaba celebrando mi 13 cumpleaños que había sido el día anterior y nos reunimos toda la familia en mi casa para ver esa gran final”.
En el chalet de una mujer, junto a los amigos, vio el partido Jesute, el capitán del Manchego, que cuando anotó Iniesta igualmente probó el agua de la piscina. “Recuerdo tirarme de cabeza, salí y me tiré varias veces y luego me acuerdo de llorar abrazado a mi mujer. Se me ponen los pelos de punta aún”. Después, allí, llegó la cena de celebración de todos: “Fue una noche muy bonita de recordar”.
A muchos otros esta final del Campeonato del Mundo les pilló fuera de sus casas y de sus localidades. Les pilló de vacaciones, pero, claro está, no se lo perdieron. Un ejemplo es el del veterano jugador del Almazán y tutor de las categorías inferiores de la selección española, José Antonio Culebras, que hace diez años veraneaba en Los Alcázares (Murcia), aunque llegó a valorar desplazarse a Sudáfrica para ver en directo el partido. “Lo viví con mi mujer y con mi amigo Luis en una terraza de verano llena de gente, había una euforia enorme, era el momento de España”, explica y apunta que “la celebración fue histórica, sabíamos que era un día histórico y que se hablaría de ese día”.
También de vacaciones en Gandía estaba Kike Domínguez, jugador de la UD Socuéllamos, que quiso ver la final en una terraza, pero le fue imposible sentarse en alguna y acabó en el hotel con su novia. “Cuando marcó Iniesta salimos a la terraza y era de locos, fue una sensación increíble. Después del partido salimos al paseo marítimo y estaba a reventar, todo inundado de gente, de coches. Había un ambiente espectacular”, relata.
Precisamente en Socuéllamos coincidieron en la Plaza del Ayuntamiento, a través de una gran pantalla, el capitán del ‘Socu’, Jacinto, y la jugadora del Club Voleibol Kiele de la Superliga femenina, María Alarcón. “Casi todo Socuéllamos fue allí. Yo lo vi con mis amigos y lo celebramos en la fuente del ‘Podaor’, junto a ellos y mucha gente más”, explica María, mientras que Jacinto, junto a su novia y amigos, lo celebró “a lo grande, lo requería la ocasión”.