Francisco J. Otero
El Atlético Tomelloso se proclamaba campeón del Trofeo Diputación el pasado miércoles, al imponerse en el Manuel Trujillo, al Almagro en la tanda de penaltis, El míster rojillo tenía claro que el título no se había escapado “en la tanda de penaltis, sino en el minuto 80”. Y es que los calatravos se habían adelantado con un golazo de falta de Gascón desde su propio campo, pero a falta de diez para el final un error infantil de Carlos García, que se agachó para dejar pasar el balón en el área sin darse cuenta de que atrás estaba Ivi, permitió a los auriverdes empatar. “Íbamos ganando, teníamos el partido controlado y hemos tenido una duda que nos ha costado el gol y nos ha pesado”, explicó Tato, que quería quedarse “con las cosas buenas: hemos probado defensa de tres y ha salido bien, hemos visto que Juanlu nos puede aportar variedad… la dinámica hasta el minuto 80 es como para estar tranquilos, pero los partidos duran 90 minutos y para no sufrir tenemos que dominar todos los aspectos que intervienen en el juego”. “Los jugadores”, continuó el preparador daimileño, “empiezan a asociarse arriba, a arriesgar. La derrota nos tiene que ayudar a pensar, a reflexionar”.
Por su parte, Darío conseguía su segundo Trofeo Copa Diputación en su regreso al Trujillo después del que logró con el Almagro hace dos temporadas. El míster de Calzada terminó “con un sabor agridulce. Estoy contento por los chavales, porque veníamos de una dinámica negativa. Los dos goles han sido un poco raros, aunque el de Gascón más por acierto suyo. Pero me han expulsado y es cierto que no debo hablar, pero que alguien me diga que la falta a Song no era amarilla, la segunda y poco después de comenzar. El árbitro viene corriendo a sprint a sacarme a mí una tarjeta, a ser protagonista. No ha sabido llevar el partido”.
“Los dos equipos”, comentaba Darío, “han trabajado mucho, cada uno con su modelo de juego. Hemos corrido un montón. En la primera parte, el Almagro ha entrado algo mejor que nosotros, que hemos ido de menos a más. En los penaltis, hemos tenido más suerte”.
El regreso al Trujillo dejó a Darío “algo fastidiado, porque la gente ha estado espectacularmente conmigo, desde que llegué hasta que me fuí. He estado en la grada y no ha habido ni una sola persona que me haya molestado. Todo lo contrario. Solo tengo palabras de agradecimiento. Quiero mucho a todo el mundo en Almagro y deseo que el equipo vaya para arriba”.