Sin duda, para García, la 22/23 está siendo su temporada más cómoda. Es cierto, que antes de que el balón echase a andar, en su mente aparecía la cuenta de la vieja, para sumar aquí y restar allí, los puntos que a lo largo del año podían ir cayendo en el casillero, con la simple intención de tranquilizarse así mismo, pensando en el gran objetivo del club: la permanencia.
Hace un par de años el descenso lo evitó la pandemia; quizá lo único bueno que dejó aquella pesadilla que paralizó el mundo, a la que todavía se mira de reojo con miedo a que aquello no haya pasado del todo.
Sin embargo, este año todo ha venido rodado. Cuando comenzó la competición oficial y fueron apareciendo las primeras victorias, las dudas se esfumaron y empezó un estado de felicidad plena que, después de más de media liga disputada, todavía permanece.
Sobre este proceso transformador de un equipo superviviente, que hoy es uno de los gallitos del grupo cuarto de la segunda división del fútbol sala femenino, explica el técnico algunas de las claves. “Los factores diferenciales están siendo haber podido consolidar a gran parte de la plantilla de la temporada pasada, haberla podido reforzar con jugadoras que se han adaptado muy bien a la categoría y a las compañeras y; sobre todo, creer en el trabajo que estamos haciendo día a día”.
Pese a ser más madridista que el apellido Bernabéu, en el vestuario impera la filosofía cholista del partido a partido. “Para nosotras el reto siempre es el siguiente partido. Hasta ahora nos ha ido muy bien así y no vamos a cambiar el horizonte de donde estamos enfocando la mirada porque no tiene sentido pensar en mayo, si no somos capaces de ganar el fin de semana más cercano en el calendario”.
Visto el recorrido del equipo puertollanero queda claro que el camino lo tienen orientado. Detrás de ella queda una primera vuelta con una sola derrota frente a Chiloeches, su bestia negra en lo que va de año; una disputa de octavos de final de Copa de la Reina después de eliminar a Rayo Majadahonda de Primera División; una Final del Trofeo JCCM el pasado fin de semana y una salvación casi matemática antes de finalizar la primera vuelta de la competición doméstica.
“Está claro que el objetivo principal estamos cerca de cumplirlo matemáticamente, pero viendo el equipo que tenemos y la forma de competir contra todos los rivales que hemos mostrado, debemos seguir sin miedo y sin ponernos ningún techo hasta el final”.
Así, lo más inmediato que llega para las de Puertollano será la Final de la Copa Diputación este sábado frente a Almagro FSF, al que empató en el partido de Liga y al que eliminó en las semifinales del Trofeo Junta de Comunidades. “A pesar de que este año no han conseguido ganarnos, sabemos del potencial de nuestro rival. Lleva siendo de los mejores equipos los últimos años y seguro que va a ser una final muy muy competida como ya lo han sido los dos encuentros que hemos jugado contra ellas este año”.
Más allá de estos choques que saben a metal, queda el reto de disputar unos play off de ascenso a Primera allá cuando se esté exprimiendo la primavera en el mes de mayo. “Sinceramente, no me lo planteo. Es indudable que en el vestuario se ha hablado, pero todas las jugadoras saben que lo primero es ganar cada partido, porque no dependemos de nosotras mismas. La pasada jornada perdimos una buena oportunidad de estar un poquito más cerca y desaprovechamos el enfrentamiento directo entre dos rivales como Chilo y Almagro. Si queremos estar ahí luchando, no podemos perder puntos como los que nos dejamos en casa frente a Villacañas”.
Como entrenador, explica, “prefiero no fijar este objetivo de los play off, porque tenemos que ser realistas. Estoy convencido que en la segunda vuelta todos los equipos vamos a pinchar más, y la idea es hacerlo menos que los dos equipos que van primeros. No es fácil, porque están siendo muy sólidos, pero no podemos pensar en cómo vamos a estar en mayo y dejar de centrarnos en lo importante. Yo confío mucho en mis jugadoras y sé que si no se dejan llevar por el entusiasmo y siguen trabajando como lo han hecho, pueden llegar momentos bonitos”.
Lo que está claro, es que esta temporada está siendo histórica para las de Puertollano. “Nuestro gran triunfo está siendo el poder competir al máximo todos los partidos, con la misma humildad contra todos los rivales, sin creernos superiores a pesar de nuestra gran primera vuelta; y a partir de ahí, seguir el reto es seguir construyendo algo más grande”.
En esa exigencia, García se muestra “muy contento” con sus jugadoras. “Es indudable que tenemos que seguir puliendo detalles y tenemos mucho margen de mejora, pero estoy muy orgulloso de todas ellas”.
La cara del entrenador se ilumina cuando habla de la afición. “Este año está siendo una pasada cómo nos están arropando todos los partidos. Las chicas han conseguido conectar con la grada y los partidos en casa están siendo una gozada. Las eliminatorias de Copa, pienso en ellas y se me pone el vello de punta todavía”, dice mientras se levanta la manga del chándal para mostrar la evidencia.
En ese sentido, incide, “a todos los pabellones a los que hemos ido, siempre hemos tenido con nosotros a familiares y amigos apoyando y eso lo estamos notando como un plus más para sacar partidos adelante”.
Bajo su brazo de vello erizado lleva una carpeta en la que transporta la pizarra sobre las que traza las jugadas que tantos goles les ha regalado esta temporada; a su espalda, serigrafiado, un Puertollano en mayúsculas; una ciudad que no debería olvidar que Merkocash Salesianos es una de las mejores banderas para pasear su nombre por toda España y cuya próxima parada queda en Almagro.