El Socuéllamos ha dado el último paso para conseguir la salvación de manera matemática a falta de una jornada. Toda una machada de la que gran parte de culpa ha tenido el técnico albaceteño, que llegaba al club en sustitución de Manolo Martínez con esa difícil tarea.
Cuando a Josico le dicen lo de ‘objetivo cumplido’ nada más terminar el partido, el técnico resopla, para añadir que “era algo que parecía impensable y se ha hecho realidad, hemos hecho una segunda fase encomiable, desde que llegué aquí sólo tengo palabras de agradecimiento a los jugadores, a la afición, al presidente, se ha sufrido mucho, no muchas veces esto pasa y parece que es un milagro en la situación que estábamos hace dos o tres meses y ahora estamos salvados a falta de una jornada y ya pensando en el futuro y muy contento porque yo creo que este club, esta afición y esta junta directiva se merece esto y más”.
Hacía falta creérselo, porque cuando llegó la cosa estaba muy cuesta arriba.
“Cuando hay cambio de entrenador siempre algo pasa, desde el principio me di cuenta que hay un vestuario muy sano, gente que está involucrada, que quiere al club, que muere por este club y si eso no es así los entrenadores tenemos poco que hacer, esto es obra de todos, incluidos vosotros, y es el momento de celebrarlo”.
Después de una temporada tan dura, se podrá disfrutar de una última jornada sin presión, para dar oportunidad “a gente que merece jugar, daremos minutos a gente que trabaja día a día, pero el entrenador sólo puede poner a once y da pena porque estamos en una Liga corta y creo que el resultado ahí está”.
En cuanto a su futuro inmediato, avanzaba que “la semana que viene empezaremos a hablar, no quería saber nada hasta ahora, objetivo cumplido y momento de hablar”. Sobre su continuidad en el Socuéllamos afirmaba estar “muy a gusto aquí pero vamos a ver qué pasa con todo y decidiremos lo mejor para el Socuéllamos”.