En estos días de aislamiento en casa obligado por el coronavirus ha cambiado la rutina de la sociedad. Simplificándolo mucho y sin contar los medios tecnológicos, parece una vuelta a una sociedad primitiva, solo con las necesidades básicas de la comida y el techo, sin el contacto social habitual y, para muchos, sin la posibilidad de desarrollar su actividad laboral o, al menos, no de la mejor manera posible.
Esta situación afecta, por supuesto, al colectivo de deportistas, tanto a los profesionales, en mayor medida, como a los populares. O, simplemente, a aquellos que han convertido la práctica del deporte en un ocio habitual e importante en sus vidas. Afecta claramente en el aspecto físico, pero también en el mental, pudiendo originar sentimientos de decepción o frustración, pero también de responsabilidad y superación. Un trabajo psicológico que durante este periodo de cuarentena se convierte en fundamental para los deportistas.

“Ahora lo que más puede preocupar a los deportistas es dejar su rutina de entrenamiento. Piensan que van a perder la forma en unos días. Cuando tenemos ansiedad y miedo, nuestros pensamientos suelen ser muy catastróficos. En esta situación en la que hay tanta incertidumbre, con tanta información errónea y poco transparente, contar con ese miedo puede llevar al deportista a experimentar ese pensamiento de “voy a perder la forma o voy a ganar peso”, explica la psicóloga y deportista valenciana Silvia de Uña, que recuerda además que el ejercicio supone un refuerzo a nivel social, a la vez que una disminución del estrés. “Mucha gente está enganchada a la actividad deportiva y ahora se le quita. Esto también asusta”, añade.

A esa incertidumbre que supone el evidente cambio en la planificación de los entrenamientos se une también la de no saber cuándo finalizará esta situación, más todavía de cara a una competición o varias competiciones que muchos deportistas tenían marcadas en su calendario y que ahora mismo desconocen si se aplazarán o suspenderán. “Todos llevaban programada una rutina o calendario y, de golpe y plumazo, se ha acabado. Y se ha acabado por un caso incontrolable, que no depende directamente de ellos. En estos momentos se ha perdido la percepción del control que los deportistas de élite tienen entrenando”, señala la psicóloga. En este sentido, volver a entrenar de otra forma en casa “es volver a coger esa percepción de control de la situación. Hay que marcarse otro tipo de objetivos no tan a largo plazo, más a corto. Unos objetivos que se vayan cumpliendo para no perder la motivación”, aconseja.
Continuando con esa incertidumbre que puede invadir en estos momentos al deportistas, Silvia de Uña reconoce que “es uno de los estados psicológicos que peor manejamos. A veces, por evitarla, lo que hacemos es adelantarnos al tiempo, y en eso y en predecir lo que va a pasar, pensamos en lo peor. Ya se está diciendo que se van a retrasar mucho las competiciones, algunas no se van ni siquiera a poder acabar. Ponernos en lo peor no ayuda, nos libera un poco de esa ansiedad de la incertidumbre, de ese desasosiego que nos es tan incómodo, pero en este estado en nuestra mente generamos una consecuencia que casi siempre va a ser negativa”. Por ello, un nuevo consejo “es vivir el momento presente, aquí y ahora. No sabemos lo que va a pasar mañana, ni pasado mañana, ni dentro de una semana. El adelantarnos es contraproducente. Estamos aquí, hay que pasarlo de la mejor manera posible y hay que provocar emociones positivas, buscar tareas que nos den mucha gratificación a lo largo del día”.

El momento de un entrenamiento mental
Ante esta situación excepcional y la nueva rutina es importante que los deportistas “no piensen que están dejando de hacer deporte”. Muchas son las maneras que cada uno se puede buscar en casa para ejercitarse físicamente y seguir lo mejor posible la planificación que puedan darles sus entrenadores. “Como sociedad, hemos sabido reaccionar pronto a este tipo de necesidad. Ahora hay un montón de portales de internet o cuentas en redes sociales que altruistamente han puesto tablas para hacer ejercicios, hay gente que se monta sus gimnasios en la azotea, que se sube al rodillo… Cada uno como puede, pero es una forma de entrenar otro tipo de cosas”, dice Silvia de Uña, para quien, además “igual es el momento de realizar un entrenamiento mental, que es siempre el gran olvidado. Creo que son unos días buenos para repasar el autoconcepto que tiene cada uno de sí mismo”.

Lo importante es no tirar la toalla. No caer en la tentación de dejar de entrenar, de dejar de cuidarse, de parar en una situación que invita a estas tentaciones. Esto, para la psicóloga no tiene por qué darse en muchos casos, “porque una de las cosas que tienen los deportistas es que se rinden poco, es una de las fortalezas de un buen deportista, que sabe luchar ante la adversidad. Esta es una adversidad que nos ha puesto la vida, y nos la ha puesto a todo el mundo”.
Una adversidad para todos que, cuando pase “creo que tendremos este subidón de decir que lo hemos conseguido, cuánto he aprendido de este periodo, he aprendido a hacer actividades en las que no tenía que depender de nadie más, me he sabido gestionar solo, algo que en la rutina que tenemos hoy en día a veces es difícil de vérnoslo”, concluye Silvia de Uña.