Se acabaron las bromas, aunque las bromas sirvan para marcar algunas tendencias. El CF La Solana cerró su exigente pretemporada en La Villa de Don Fadrique dejando claras varias cosas. La primera, que el equipo necesita mejorar su consistencia cuando el rival juega directo; por eso acabó perdiendo el partido –y el Trofeo de la Vendimia- por 2-1, ya que los dos goles llegaron tras sendos balones aéreos, el primero por un error grotesco de Monreal y el segundo tras un agujero de marca que permitió un cabezazo franco. La segunda, que sin puntería no hay premio; las ocasiones se multiplicaron al mismo tiempo que la falta de tino.
Sin embargo, es justo ver el vaso medio lleno. La Solana jugó en escenario que se va a encontrar muchas veces esta temporada: campo apretado y de césped artificial, y además ante un rival serio y enérgico, con buenos jugadores como Alberto Abengózar, el examarillo Ángel Luis, o el portero Adrián Zarco, que probablemente salvó a los suyos y por algo acabó recibiendo el trofeo al mejor jugador del partido. La mejor noticia es que La Solana supo manejar bien el balón, rasear a menudo y buscar las rupturas por banda. Así llegaron ocasiones clarísimas para Javi López, Luque y Víctor Bonilla. Faltó una mejor definición. En medio, Pirri acrecentó su papel de jugón absoluto y Diego Sevilla ejerció como pretoriano de lujo. Suyo fue el cabezazo del 1-1, por cierto.
En esa creación están por llegar David Sevilla y Raúl Delgado, que solo jugaron 45 minutos. El primero necesita algún tiempo para alcanzar su máximo nivel –acaba de pasar el Covid-. El segundo brilla por momentos, como demostró en un pase interior que dejó solo a Bonilla ante el portero, pero todavía se lía en algún envío corto y necesita maniobrar con mayor rapidez para encarar la carrera, donde sí es letal.
Arriba, Javi López tiene marchamo de titular. También ha salido de una lesión y le falta una marcha, pero su corpulencia y punta de velocidad al desmarque son un lujo en esta categoría. O deben serlo. De momento, Luque se ha ganado un puesto tras una pretemporada notable y hay que esperar al rendimiento de Sergio Reyes, que también ha tardado en incorporarse por el dichoso virus. Veremos cómo cuadra el puzzle Kiko Vilches cuando llegue Otman Cabriti. No recordamos una temporada con tanta competencia en ataque.
Estará caro jugar arriba, pero también atrás. Sobre el papel, Sancho y De la Hoz son intocables, aunque los aspirantes son también legión. Juan Santos parte como favorito para acompañar al capitán en el eje defensivo, pero Josema ha cuajado un verano de escándalo. También puede volver al carril derecho, donde no será fácil desplazar a un Víctor Bonilla que lo ha jugado prácticamente todo. Un paso por detrás aparece Fran Marín, un central estiloso y lleno de futuro, o Samu, otro jovencito del gusto del míster. Comenzarán la liga con rol de segunda unidad, pero ‘al acecho’.
Falta saber qué papel tendrán ilustres veteranos como Mini o Almarcha. Ambos han participado poco en agosto por razones de lesión u otros compromisos. Y no hay que perder de vista a Ángel Ruíz, otro canterano de nuevo cuño que ha regresado más hecho tras su etapa en Valdepeñas. Es una incógnita la evolución del medio centro francés Ibrah, que finalmente se ha quedado tras varias semanas a prueba.
Kiko Vilches acabó bastante satisfecho en líneas generales tras el último ensayo general, según reconoció a Radio Horizonte. “Ha sido el partido que más contento he terminado de la pretemporada, junto con el día del Manchego”. “Hemos hecho un muy buen primer tiempo y se ha visto una idea del equipo que queremos ser”. “En el segundo tiempo empezamos mal, pero espabilamos y volvimos a generar muchas ocasiones”. “El resultado es engañoso”. “Es cierto que nos faltó contundencia, pero me voy con la sensación de que estamos preparados para la batalla de la liga”.
Esa batalla arranca el próximo domingo y el primer episodio será en La Moheda contra el Munera –horario por determinar-. Ya será con fuego real.