Lo vivido en la noche de este pasado sábado en el pabellón El Plantío de Burgos, en donde el ID Energy Caserío dijo adiós al sueño del ascenso a Asobal, puede expresarse con el final, con las lágrimas de los jugadores del equipo tras la derrota ante el Villa de Aranda por un solo gol (20-21), pero a la vez va mucho más allá por todo lo que ha significado la gran temporada de los de Ciudad Real.
Por ejemplo, se puede hablar del orgullo que había después pese a ese resultado en contra. Un orgullo como el que sintió Juan Lumbreras, el pivote ciudarrealeño que vivía su cuarta fase de ascenso tras las tres anteriores con el BM Alarcos y que tampoco pudo acabar con éxito. «Al final esto se recordará con un buen sabor de boca», señaló, a la vez que lamentó que «ha sido una pena perder, pero volveremos».

También el capitán Pablo Campanario elogió la trayectoria del equipo en la presente temporada, «en la que creo que hemos cumplido con creces», y aseguró sobre el partido que «hemos estado ahí, ha sido muy luchado, hemos estado cerca y estamos con la sensación de que nos lo podíamos llevar, pero ha caído cruz».
También el lateral sevillano apeló a que de esta experiencia en una fase final por subir a Asobal, la primera para muchos integrantes del Caserío, «se aprende» y deseó que «el deporte nos vuelva a brindar otra oportunidad».
Además, José Palacios, que tras el encuentro reconoció no encontrar consuelo, quiso destacar que «hemos currado como animales desde el inicio de la temporada, no esperábamos llegar tan lejos y duele perder así con tantos errores». Igualmente, afirmó que de esta experiencia se aprende «y veremos si la próxima temporada nos toca mejor y podemos mantener el grupo para el próximo año».
No hay que olvidar y es algo para elogiar que Palacios ha hecho un enorme esfuerzo estos últimos días tras el fallecimiento de su hermana y sin poder viajar a su país.

Tanto Lumbreras, como Campanario y Palacios ven ahora como un premio la Copa del Rey que le llega esta próxima semana al BM Caserío en Jaén, en donde se enfrentará el viernes en cuartos de final ante el Bidasoa Irún. Será el broche a una gran temporada que acabó con lágrimas en Burgos, pero a la vez como mucho orgullo y pensando en poder volver a tener otra oportunidad de ascenso a la deseada Asobal.