Marina Lobato Pérez (8-1-1998, Puertollano) se marchó hace tres años a Madrid para seguir allí su trayectoria como atleta y empezar a la vez los estudios de Medicina. Desde entonces no ha podido disfrutar de la Feria de Mayo de su ciudad, Puertollano, de la que recuerda “cómo aprovechaba los días del niño y los 1 de mayo para ir a comer a la feria”. Este año tampoco podrá pasarse por el recinto ferial, aunque sí que podría estar en la localidad puertollanera precisamente ese 1 de mayo, en el I Gran Premio Nacional de Atletismo Diputación de Ciudad Real que está organizado para ese día. “Todavía estoy decidiendo si vengo o no vengo, pero si lo hago será para competir e irme, porque además tengo exámenes”, apunta la joven saltadora, que recalca la dificultad que tiene en compaginar esos entrenamientos y competiciones con la carrera de Medicina, ahora en su tercer curso académico, “aunque este año lo llevo mejor que los anteriores, he aprendido como tengo que estudiar”.
Si finalmente Marina Lobato participa en el Gran Premio de Atletismo de Puertollano será su primera competición de la temporada al aire libre, tras cerrar un curso en pista cubierta en el que ha despuntado. Y lo ha hecho, incluso, sorprendiéndose a sí misma por sus buenos resultados conseguidos, especialmente tras un 2018 en el que sufrió una lesión en un pie que apenas le dejó competir. “Estoy muy contenta, mejor no ha podido salir. Ni yo me esperaba que saliera así”, sentencia la saltadora del club Simply Scorpio, que comenzó colgándose una medalla de plata en la prueba del triple salto del Campeonato Unión Mediterráneo sub-23 con la selección española, su primer metal internacional, para después proclamarse campeona de España sub-23 en triple y en longitud y una semana después subir por primera vez a un podio de un Nacional Absoluto, con un segundo puesto también en el triple. “Ya no solo me planteaba la temporada con el objetivo de poder saltar bien, sino de no recaer de la lesión. Llevaba desde noviembre entrenando muy bien, pero no me esperaba llegar a ese nivel. Iba con el objetivo de mejorar marca y ganar el sub-23, y sí que pude conseguirlo con una marca que no esperaba, muy considerable, en sub-23 con la tercera mejor de todos los tiempos en España y en absoluto con la octava o novena”. Esa marca personal suya fue de 13’64, cuando empezaba el año con 13’07 de dos veranos anteriores. Más de medio metro de mejora a lo que se unen saltos con regularidad por encima de los 13 metros, “algo que es muy importante”, destaca.
El objetivo es el Campeonato de Europa sub-23
Con ese 13’64 como mejor salto, Marina Lobato comienza la temporada en pista al aire libre para la que ya tiene un gran objetivo, el Campeonato de Europa sub-23, que se celebrará del 11 al 14 de julio en Gävle (Suecia). La mínima para estar allí es de 13’35, superada claramente por la puertollanera que se preparará ahora para llegar en el mejor nivel posible a esa competición, a la vez que a los campeonatos de España, tanto el de su categoría como el absoluto, en los que volverá a ser favorita en el triple. Además, también buscará la mínima en longitud para doblar en ese Europeo, “esa es más difícil, aunque lo intentaré”, matiza. La mínima es 6’30 y ella tiene como mejor marca 6’11, por lo que tendría que saltar 20 centímetros más, “algo que veo complicado porque apenas entreno esa disciplina. La longitud como tal no la entreno, lo único que al hacer tanta técnica de triple un salto de longitud sí que hago. Por eso creo que es difícil, pero si sale tan contenta y si no, no pasaría nada, porque no es mi prueba”.
Con esas nuevas ilusiones, Marina Lobato afronta lo que resta de temporada con fuerza mental. “Cuando te salen bien las cosas, el siguiente ciclo lo coges con más ganas”, dice, sabiendo lo que es convivir el día a día con una lesión que parece no terminar. “Es otro ánimo, vas a la primera competición con muchas ganas, si te sale bien en la siguiente aguantas más…”. Esa ilusión tras el éxito es la recompensa que llega después de un inmenso sacrificio, de momentos malos superados y de mucho trabajo. Ahora Marina ha dado un merecido salto de calidad para consolidarse en la élite del atletismo nacional en su modalidad de triple y longitud. No podrá disfrutar de nuevo de la Feria de Mayo de su localidad, pero a cambio lo quiere hacer de nuevo corriendo en la calle y saltando lo máximo posible al foso de arena. Marina Lobato quiere seguir superándose a sí misma.