Alba Reguillo logró el pasado domingo su mejor clasificación en un Campeonato de España de Triatlón de Larga Distancia. Bronce en el 2016 en Ibiza, la alcazareña se colgó en Salamanca la medalla de plata individual, proclamándose así subcampeona nacional a la vez que logrando el oro con su club, el Saltoki Diquesi Trikideak. Y lo hizo después de unos meses muy duros por una difícil situación familiar, a los que se unieron, además, contratiempos durante la competición y un día después en el que tuvo que ser ingresada en el hospital por una deshidratación. Por eso fue una plata que supo a gloria a una Alba Reguillo que sacó todo lo que tenía dentro nada más cruzar la línea de llegada como subcampeona. “Ante las adversidades nos crecemos”, apunta la gran triatleta.
Sobre la prueba, Reguillo reconoce que “no esperaba hacer tan buen papel”. Debido a esa situación familiar, apenas pudo entrenar bien y como se debe este Nacional de Larga Distancia con 4 kilómetros de natación, 120 kms de bicicleta y 30 kms a pie. “La gente que está a mi lado sabe lo poco que he entrenado”, comenta.
A ese hándicap importante de la preparación, se unieron varios más durante el desarrollo del triatlón. El primero fueron problemas intestinales ya incluso antes del comienzo, a lo que se unió el intenso calor con una temperatura de hata 40º y, para colmo, un pinchazo en su bicicleta antes de tomar la salida. Reguillo tuvo que parar un buen número de veces por motivos fisiológicos, pero eso no frenó a la triatleta de Alcázar de San Juan, que persistió y continuó hasta cruzar la meta en segunda posición, con un tiempo de 7 horas, 28 minutos y 32 segundos. La vencedora fue Helene Alberdi (Triatloi Kluba), con 7h:00.17, y completó el podio femenino Cristina Roselló (Tri Infinity Móstoles), con 7h:41.06.
Con el buen sabor de boca de esa gran plata, Alba Reguillo acudió el lunes a su trabajo, pero allí notó que el cuerpo había acusado en exceso el sobreesfuerzo de la prueba, además de lo vivido personalmente en los meses anteriores. Eso le llevó al hospital, donde se le detectó una deshidratación que le llevó a permanecer ingresada durante esa noche.
Ya totalmente recuperada, Alba Reguillo se queda especialmente con la sensación que le invade: “Hice todo lo posible. Estoy muy tranquila ya y con la calma de haberlo dado todo”, dice,y sobre esta durísima y larga prueba añade que “si no te pasa una cosa, te pasa otra. Es lo que tiene esta competición”. Lamentablemente ese subcampeonato nacional no le vale para acudir a Europeos o Mundiales con la selección española, al incluir solo un integrante en ellos la Federación Española de Triatlón. Por eso, Reguillo se está planteando solo prepararse pruebas de carrera, aunque, al margen de intentar luchar próximamente por la Copa de España, tiene en mente un objetivo en octubre, el Ultraman de Benicassim de tres días de duración. “Iré con un objetivo ambicioso de acabarlo, algo que solo ha conseguido una española, y la vez estar al nivel de los hombres. Creo que puedo conseguirlo”. Otro gran reto más para Alba Reguillo, una enorme deportista que, como ha demostrado, se crece ante las adversidades. Y quiere seguir ganando.