El ajedrez nacional tiene su Primera División de clubes. Y en ella van a competir la próxima temporada dos jugadores ciudarrealeños, Víctor Fernández Barrera y Carlos Álvarez Serrano. Ambos lograron hace unas semanas, en la localidad de Linares (Jaén), el ascenso a la máxima categoría por equipos de España. Lo hicieron en las filas del Excalibur de Albacete, con el que consiguieron junto al resto de sus componentes una segunda posición en ese campeonato que les llevó así a la élite por clubes del ajedrez. Solo ocho equipos nacionales tienen cabida en esa Primera División, unos pocos privilegiados que podrán medirse entre ellos en 2021 por el podio de conjuntos. En esas partidas jugarán Víctor y Carlos.
“Este ascenso me ha hecho mucha ilusión. Más que un campeonato de Castilla-La Mancha”, asegura Carlos Álvarez, que tiene en su palmarés varios títulos de campeón regional absoluto en este deporte. “No nos lo esperábamos, hay equipos muy potentes y algunos que, a base de dinero, fichan a jugadores muy fuertes solo para jugar la competición. Nosotros somos un equipo de amigos, la Federación nos paga el viaje y alojamiento por ser campeones de Castilla-La Mancha, pero no cobramos primas, mientras que a otros les pagan por partida ganada. Tienen equipazos, por lo que subir ha sido increíble”, sentencia.
Por su parte, Víctor Fernández volverá a jugar en Primera División después de su experiencia hace unos años con el equipo de Madrid Virgen de Atocha. También con títulos regionales absolutos en su currículum, además de provinciales y de otros torneos, y de ser diez veces campeón regional por equipos (seis con el Almagro y cuatro con el Excalibur), el ajedrecista ciudarrealeño se muestra también “muy contento” con este ascenso. “Al principio del torneo siempre tienes la esperanza, pero lo ves muy difícil. Íbamos novenos en el ranking, aunque una vez acreditados los jugadores que iban a participar subimos al sexto puesto. Sabíamos que todos teníamos que estar muy bien para conseguir un buen resultado y, la verdad, jugamos con mucha confianza. En cada partida pensábamos que íbamos a ganar”.
Junto a José Vicente Jiménez, Emiliio Villaseñor, Jesús Delgado y Rebeca Jiménez, los ciudarrealeños colocaron al Excalibur en esa segunda plaza también de ascenso, con 10 puntos en total merced a sus cinco triunfos y una derrota, la que sufrió ante el potente Barcelona, que se proclamó campeón. “El año que viene será difícil la permanencia, porque nos enfrentaremos a equipazos, pero vamos a pelearla”, señala Carlos, que ganó todas sus partidas en este campeonato que contó con las máximas medidas de prevención sanitaria ante la COVID-19, pero en el que hubo varios casos positivos, entre ellos los de los miembros de Excalibur que tras el torneo tuvieron que estar en cuarentena, encerrados en casa. Y jugando allí al ajedrez.
El ajedrez, principalmente un hobby
A sus 24 años, Carlos Álvarez está preparando unas oposiciones a Policia Local de Ciudad Real. Llegó al Excalibur por medio de un amigo y a ese equipo ah defendido las tres últimas temporadas. En este tercer intento por subir, tras quedar quintos en 2018 y undécimos el pasado año, lo ha conseguido junto a sus compañeros y amigos. “Estoy estudiando, pero todos los días hago algo de ajedrez. Entreno, juego partidas on line… Ahora con internet en la cuarentena se ha revolucionado el ajedrez on line. Hay muchos torneos en vivo. Hemos jugado mucho, casi más que en toda mi vida porque en cualquier servidor de ajedrez puedes jugar una partida contra cualquier persona del mundo”, explica.
Desde pequeño Carlos practica este deporte: “A los seis años mi padre me enseñó a mover las piezas y me apuntó al club de Ciudad Real. Allí estuve hasta que cogí algo más de nivel y cambié de club”, relata el jugador y también profesor, ya que ha llegado a dar clases en la Escuela de Ajedrez de Ciudad Real que ahora dirige Ángel Espinosa, un jugador top a nivel nacional y que también milita en esta Primera División en un equipo de Madrid.
Para Víctor Fernández, de 33 años, el ajedrez “es mi vida, aunque es cierto que cuando empiezas en la Universidad te toca decidir el ajedrez o la carrera. Llevo jugando casi 23 años de mi vida, estoy muy ligado a él de una manera a otra. Antes más jugando, ahora más como entrenador y dando clases”, señala este ingeniero informático de profesión. Tiene claro que vivir de este deporte “es muy difícil, algunos compañeros sí que son autónomos y dan clases, pero es algo volátil, hay meses que van bien y otros no”.
Por eso para Víctor el ajedrez es un complemento a su trabajo laboral. Un hobby que, a pesar de ello, le consume muchas horas, ya que sigue como profesor, ahora on line, después de dar clase muchos años en la Escuela del Patronato Municipal de Deportes de Ciudad Real, a la vez que acompaña como entrenador a equipos a los campeonatos provinciales, regionales y nacionales. “A la vez intento jugar todo lo que pueda”, apunta sobre un deporte que empezó a practicar a los 10 años llevado un poco por la afición de su padre, y en el que comenzó a competir en colegios y semanas culturales, antes de entrar ya más en profundidad en clubes como el de Ciudad Real, Almagro, Virgen de Atocha de Madrid cuando cambió de residencia por trabajo y ahora, de vuelta a la capital ciudarrealeña, en las filas del Excalibur, también por medio de “gente conocida y amigos. Ya llevo aquí cuatro o cinco años”.
Si vivir del ajedrez está reservado para muy pocos, para los del máximo nivel, sí que este deporte aporta muchas cualidades a los que lo practican. “Es un deporte súper intrigante, cuando te metes en él ya no puedes salir. Te ayuda a mejorar la concentración, es un juego tan complejo que nunca se termina de aprender. Se mejora cada día, se aprenden cosas nuevas. Pero no solo es el juego, si no lo que también conlleva: te da la posibilidad de viajar, conocer mucha gente de España y de fuera. Es un deporte universal, puedes jugar una partida contra cualquier persona del mundo”, recalca Carlos, animando a todos a su práctica.
También Víctor asegura que “cualquiera puede dedicarse al ajedrez, hay gente de todo tipo y no tiene nada que ver con el tópico común”. Eso sí, subraya que el buen ajedrecista “tiene que saber concentrarse bien, tener dosis de intuición y talento. Sobre todo dedicar mucho tiempo a entrenar, tener actitudes como calcular bien, ser un poco calmado… Algunos, sobre todo jóvenes, son muy inquietos, incluso un poco hiperactivos, pero gracias al ajedrez han conseguido estabilizar esa situación y ser grandes jugadores”.
Como profesor, Víctor quiso promover, animar y dar consejos a los pequeños que quieren jugar al ajedrez. “Al principio tienen que disfrutar. Jugar sin importarles perder o ganar. El perder es un proceso de aprendizaje que, tarde o temprano, tienen que pasar. El ajedrez debe divertir, entretener y hacer amigos. Luego ya, conforme avancen, se irán marcando otros hitos y objetivos”. Así lo hicieron Víctor y Carlos, que luego ganaron títulos y que ahora han logrado un ascenso a Primera División.