José Cañizares, ‘Cañi’ para los amigos, ha estado toda la vida dedicado al judo y a las demás artes marciales que proceden del Jiu-Jitsu, como el karate, aikido y kendo. “Se empezó en los años 50 con el Judo porque era el único arte marcial del sistema japonés que se practicaba en España. Después de 30 años, en 1980, la Federación Española abrió el departamento de Jiu-Jitsu, lo cual permitió practicar judo, karate, aikido y kendo, todo a la vez, para los maestros de judo”, cuenta Cañizares sobre como empezó a practicar el deporte del Judo en Puertollano.
Al lado de Cañizares siempre se encuentra su discípula y también maestra, Paqui Moreno, experta en defensa personal, judo y jiu-jitsu, con 12 años a sus espaldas en el equipo nacional compitiendo en jiu-jitsu. Especializada en defensa personal de la mujer, además de preparar a las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, también imparte cursos en representación de la Federación Manchega sobre violencia de género.
Con más de 100 alumnos a los que educar en las artes marciales, los dos maestros se dividen el trabajo de las clases impartidas en el Centro de Especialidades Deportivas ‘Javier Bermejo’, de la ciudad industrial. De la parte técnica y táctica se encarga el propia José Cañizares, mientras que de la parte de puesta a punto, preparación física y competición se encarga Paqui Moreno. “Los lunes y miércoles impartimos judo y karate y los martes y jueves jiu-jitsu y defensa personal”, explica el gran profesor de estas artes marciales.
En cuanto a las competiciones y la enseñanza, Cañizares cuenta que “una persona que dirige un club, que lo ha fundado es muy difícil que enseñe y compita a la vez. Así que, yo me dedique en exclusiva a sacarme las titulaciones máximas de jiu-jitsu, judo y defensa personal”.
En relación a las titulaciones máximas que se pueden alcanzar en estas artes marciales, el DAN más alto en Japón es el décimo: “Hace dos años se dieron en España dos novenos danes, que es el máximo reconocimiento en nuestro país. Son cinturones de color rojo, en ese momento me dieron a mí el séptimo dan de judo y el séptimo en jiu-jitsu, que es un cinturón blanco-rojo y Paqui tiene el sexto DAN en defensa personal, en judo y en jiu-jitsu, por lo que el nivel que tenemos es muy alto”, apuntaba el maestro.
Cabe destacar que el noveno dan te lo conceden por reconocimiento a tu carrera, tu trayectoria profesional, la cantidad de cinturones negros que has entregado. “Eso lo elabora la Federación Española y te lo entregan cuando el tiempo reglamentario te llega”, afirma Cañizares.
El maestro es el padre del ex portero Santiago Cañizares que militó en equipos como el Real Madrid o el Valencia y que también practicaba judo en su juventud hasta los 16 años, cuando le fichó el Real Madrid para su cantera. Entonces, “le eliminó de todo el tema competitivo en el judo, posteriormente la Federación Española le otorgó el primer y el segundo DAN de manera honorífica” nos cuenta Cañizares, que además confiesa que, “mi ilusión era que el primer cinturón negro que yo entregara fuese a mi hijo, pero cuando nos dimos cuenta que evolucionaba tanto en el fútbol, no había nada que hacer”.
Cañizares nos desvela cómo empezó en el judo, que fue lo que le llamó la atención para dedicar su vida a este arte marcial, “un día fui a un Campeonato de España, vi a unos grandes maestros, hicimos amistad y cuando vi cómo era su personalidad, como trabajaban en el día a día con sus proyectos, dije que esto es lo que yo quería hacer. También practiqué en mi juventud natación, tomando parte en los Campeonatos de España, balonmano, pero cuando conoces esta filosofía ya te metes de lleno en ella y cada día que pasa sigo aprendiendo más y veo cosas que antes no tenía tiempo de ver”, finalizaba.
A pesar de su edad y de los años que lleva dedicándose al judo, José Cañizares asegura no piensa en su retirada, “cuando me llamen de arriba”, respondía con sorna el maestro. Un ejemplo, sin duda, de dedicación, de amor por el deporte del judo y por enseñarlo a los niños, niñas y jóvenes adolescentes que el maestro de Puertollano sigue manteniendo a sus 80 años recién cumplidos. Todo ello sin desgaste y con la mejor de las alegrías en cada uno de los entrenamientos. Porque gran parte de su vida es el judo.