Europa Press
Madrid
El piloto alemán Nico Rosberg (Mercedes) se hizo ayer domingo con su sexta victoria de la temporada en un accidentado Gran Premio de Bélgica, decimotercera prueba del calendario del Mundial de Fórmula 1, en el que Fernando Alonso (McLaren) fue séptimo y Carlos Sainz (Toro Rosso) tuvo que abandonar.
Con este resultado, el de Wiesbaden, que se mostró ajeno a todo lo que ocurría tras de sí, logró igualar en triunfos este curso a su compañero y actual líder del campeonato, el británico Lewis Hamilton, al que también recortó distancias en el mismo colocándose con 223 puntos, a nueve del primer puesto, en 232 unidades.
Una carrera que supuso un auténtico caos ya que desde el inicio se pudieron observar numerosos toques entre monoplazas y salidas de pista, aunque lo que supuso un antes y un después en la misma fue el grave accidente que sufrió Kevin Magnussen (Renault) quien, tras perder el control de su coche, chocó con fuerza contra uno de los protectores en la salida de la curva de Eau Rouge.
El piloto danés impactó con la parte lateral trasera de su vehículo de tal forma que saltaron del mismo los protectores así como el 'HANS' -especie de collarín diseñado para evitar graves lesiones en la cabeza del conductor-. A pesar de todo, Magnussen salió por su propio pie y, tras pasar por el hospital, su equipo comunicó que posee un pequeño corte en el tobillo.
Sin embargo, dentro de la locura que reinó en Spa, el tricampeón del mundo también sacó provecho y subió al tercer cajón del podio detrás de Daniel Ricciardo (Red Bull) después de partir desde la penúltima posición de la parrilla de salida tras ser penalizado por realizar cambios de motor en su monoplaza.
Una épica remontada que pudo serlo aún más de no haber cometido un error en uno de los 'pit stops' que fue más lento de lo normal y le impidió quizás inquietar a Ricciardo. En el bando perdedor, los dos Ferrari, lastrados por su inicio, y el joven Max Verstappen (Red Bull), también perjudicado en la primera curva.
Por su parte, Fernando Alonso hizo lo propio teniendo en cuenta el nivel de su monoplaza y, a pesar de salir desde la vigésimo segunda y última posición de la parrilla, finalizó en un séptimo puesto que supone seis puntos más en un campeonato en el que se coloca con 30 unidades al igual que Carlos Sainz (Toro Rosso), que tuvo que abandonar.
El asturiano firmó una positiva salida que le acercó al 'top 10' y llegó a rodar en la cuarta posición. Tras la reanudación de la carrera, no pudo contener ni a Hamilton, ni a los Force India ni a Sebastian Vettel, pero se quedó con una más que valiosa e inesperada posición. Toda la suerte que tuvo el bicampeón del mundo no la tuvo Carlos Sainz, que tras situarse en la zona de puntos al inicio de la carrera, tuvo que abandonar tras un pinchazo que terminó por dañar severamente su alerón trasero.
Locura desde el inicio
El inicio de la carrera avisó de lo que esperaba en Spa. Numerosos toques y salidas de pista en las que se vieron envueltos la gran mayoría de coches, siendo los más perjudicados los Ferrari de Kimi Raikkonen y Sebastian Vettel, quienes tuvieron que acudir de inmediato al 'pit lane' para arreglar los desperfectos, y Max Verstappen.
El holandés vio también como el alerón delantero de su coche se veía perjudicado por el toque entre los dos bólidos de la 'Scuderia' ya que fue desplazado hacia la parte izquierda del trazado en un espacio en el que no había cabida para tres vehículos.
Todos estos percances beneficiaron a Alonso que, tras salir desde la última plaza de la parrilla de salida y con una estrategia diferente (neumáticos medios), fue escalando posiciones hasta colocarse en cuarto lugar. También favoreció a Carlos Sainz, pero el madrileño se topó con la mala suerte y un pinchazo terminó por arruinar sus opciones en la carrera.
Rosberg ganó sin problemas y apretó, menos de lo que deseaba, el Mundial, mientras que Ricciardo dio la alegría a su equipo tras el fallo de Verstappen, que se quedó fuera de los puntos.