El Rally Dakar 2024, que cumplirá su edición número 46, volverá a tener una doble representación ciudarrealeña en los servicios sanitarios de la organización. Darío Rodríguez vuelve tras un paréntesis del año pasado por paternidad para emprender su duodécima experiencia, mientras que Ricardo Valle vivirá su cuarta consecutiva. Son ya expertos en esta gran prueba del motor con Arabia Saudí como escenario de nuevo, pero acuden una vez más con ganas e ilusión. Porque el Dakar es siempre una aventura.
“La verdad es que tenía muchas ganas de volver, aunque es verdad que me va a costar dejar a mi niña de 22 de meses. Pero sí que tengo mucha ilusión. El año pasado me escribían muchos para preguntarme dónde estaba y por qué no había ido. Me da orgullo haber dejado alguna huella allí”, cuenta Darío, enfermero de la UVI Móvil de Ciudad Real que ya es más que conocido entre los pilotos y miembros de la organización de la prueba.
Darío estará a los mandos del Tango 6 de la organización junto al médico francés Aymeric Le Mignon, debutante en este Rally Dakar. “Está entusiasmado, me recuerda a mí”, explica el de Saceruela.
Por su parte, Ricardo Valle será un integrante del Tango 3 con la enfermera francesa Magali Kosinski-Bernard. Para el médico de Villanueva de los Infantes, que trabaja en la UVI Móvil de Puertollano y en el helicóptero medicalizado de la Base de Almagro, “es una suerte que me hayan vuelto a llamar. Es una experiencia que vale la pena año tras año”.
Con esa experiencia ya acumulada los tres años anteriores, el primero junto al propio Darío en un Tango y los dos últimos al lado de otro gran experto como Joaquim Terricabras, Ricardo reconoce que “siempre te da respeto el Dakar. Hay zonas donde puede que no veas a nadie en 100 kilómetros a la redonda, tramos de dunas con arena suelta que es difícil conducir y salir… Pero, con tranquilidad, lo llevaremos bien”.
En esos coches Tango su función es la sanitaria y atención médica a los pacientes, pero, como ambos indican, esta es la que menos se suele hacer a lo largo del rally si todo va más o menos bien, ya que sus tareas principales pasan por la orientación, la localización, rescate de los pilotos y, también, la ayuda y asistencia.
Todo un cúmulo de acciones que ambos ya saben y conocen con la experiencia, a la vez que en esta edición del Rally se espera más “supervivencia” por esa etapa 6 en la que los pilotos tendrán 48 horas para recorrer más de 600 kilómetros con seis vivacs intermedios para pernoctar dónde lleguen antes del cierre de las 16 horas, al raso y sin referencias de los rivales. “Tendrán que jugar con la estrategia. Este Dakar busca volver a esa esencia de los africanos y algunos pilotos afrontan esta etapa con miedo. Puede ser una etapa decisiva para la victoria”, explica Darío, amante del motor de siempre y de esta prueba en su etapa con África antes de pasar a Sudamérica, donde comenzó en 2011.
“La tecnología nos respalda en el Rally, pero siempre vas con ese vértigo de cómo funcionará todo cuando estemos en mitad de la nada, con zonas de dunas de la extensión de España”, señala también Darío.
Esa aventura es también la que motiva a Ricardo, que asegura que “lo más divertido para mí es la orientación y la acampada en donde no hay casi nadie. Es una aventura por la que pagaría yo y lo que hago es ir allí a trabajar”.
Ambos partirán el martes 2 de enero hacia Arabia Saudí tras hacer escala en París para incorporarse al gran grupo de la organización. Del 5 al 19 de enero será la gran prueba con los grandes pilotos de rallys a la disputa de la victoria a grandes velocidades y destreza al volante. Ellos, Darío y Ricardo, vuelven para ayudar a que todos estén bien.