Ricardo Carvalho vive su confinamiento desde Portugal, concretamente, desde su pequeño pueblo situado cerca de Guimaraes. El central del Formac Villarrubia vive en su casa junto a su padre, su madre, su hermano pequeño y su novia. Lleva de la mejor manera posible su estado de alarma, si bien, se perciben algunas diferencias entre España y Portugal.
Para empezar, a día de hoy, España acumula más de 135.000 casos por COVID-19, más de 40.000 personas se han curado y han fallecido en torno a 13.000 personas por culpa del dichoso virus. Sin embargo, en Portugal, las cifras son menores. Según fuentes contrastadas, en el país vecino hay en torno a 11.000 casos, se han curado casi 100 personas y han fallecido unas 295. Según Carvalho “el foco en Portugal está en Oporto y poco a poco se van aumentando los contagios. Bien es cierto que en Portugal se tomaron medidas antes de tiempo, por eso el número es menor respecto a España”.
No obstante, según señala, “hay gente infectada, pero donde más en Oporto. No es comparable con España. Tomamos medidas antes y hay un número menor. La ministra de salud dice que el pico será en Mayo, por lo que tenemos que estar preparados para todo”.
Por otro lado, hablaba que el estado de alarma en Portugal es muy parecido al de España, pero con algunos matices. “Estamos en estado de alarma, pero es diferente; puedo comprar, salir a correr, voy con mi novia y hacemos la compra… Mis abuelos no pueden salir de casa, lo tienen prohibido. Todo está cerrado. La mayoría lo está respetando, pero los que están cerca de la playa, salieron a pasear y no fueron responsables”, explicaba.
Comentando su día a día, Ricardo Carvalho indicaba que “por la mañana me levanto sobre las 10, desayuno, entreno, me ducho, descanso, compro, vamos a la compra temprano para que haya menos gente, saco al perro y estiro las piernas, vuelvo a entrenar, me ducho, cenamos y a dormir. Ese es un poco mi día”. En este sentido reconocía que “vivo con mi padre, con mi madre, con mi hermano y con mi novia. Mi padre y mi madre continúan trabajando con normalidad en dos empresas suyas y tratamos de llevar la situación con normalidad. Mi novia no trabaja in situ; es psicóloga y solo atiende consultas por el ordenador para evitar contagios. Mi hermano menor no va a clase ya que se suspendieron”.
Hablando del futuro, el defensa del Formac Villarrubia vaticinaba un futuro algo incierto. “No lo sé lo que va a pasar. Creo que no pasará tan pronto. Además, dicen que volverá una segunda epidemia. Esperemos que pase y que tengamos una vacuna. Veo muy difícil que vuelva la competición y menos aún a puerta cerrada, pero egoístamente hablando nos hace falta el fútbol y tenemos ganas de sentir el césped. Estamos entrenando todos juntos desde casa. Son entrenamientos fuertes y tenemos que estar preparados bien físicamente por si volvemos. No es lo mismo entrenar en casa que entrenar en un campo. Y no tienes la misma motivación ni el contexto. Por eso, si volvemos, hará falta una pretemporada, si no, es imposible”.
No obstante, por encima de todo esto, “tenemos que entender que lo primero es la salud. Hay que tener paciencia y atender las recomendaciones de los gobiernos”.
Por último, Ricardo reconocía que “estoy muy contento con la temporada que estoy haciendo con el Villarrubia. He ido de menos a más y me encontraba muy bien personalmente. Estábamos fenomenal y nos vimos obligados a parar. Hay que seguir en la misma línea”.
