El CD Salesianos Puertollano cierra la temporada 2023/24 con una victoria frente el filial del Torreblanca. Dos goles de Latorre y uno de Raquel en los últimos minutos, cuando el partido estaba empate, dejan los tres puntos para el equipo minero, que hoy jugó frente a su rival y frente a la emoción contenida, sabiendo que muchos se estaban despidiendo.
Escribía Jacobo Bergareche que las bienvenidas deben ser lentas y con abrazos largos y las despedidas sentenciarlas sin alargarlas demasiado, porque sólo así quedan ganas de volver en historias que parecen que no se han escrito del todo; y tal vez por eso, Jaime García no ha querido darle mayor trascendencia a un adiós anunciado esta semana y que deja atrás más de un lustro que ha estado lleno de todo, sobre todo, aprendizaje.
En ese trance que separa todo del mañana, saltaron sus jugadoras motivadas a la pista, este sábado la del Pabellón Antonio Rivilla, pese a no jugarse nada salvo la honra, sabiendo que el objetivo de jugar la Copa de la Reina ya estaba conseguido como también lo está la permanencia que sabe a poco cuando durante tantas jornadas en la primera vuelta se vieron arriba.
Pero las fuerzas y las victorias duraron hasta diciembre. Mientras el resto de plantillas se reforzaban, las de Puertollano tuvieron que ir con lo que había; mermadas muchas veces por las lesiones y cuando no, por la falta de fondo de armario. Como siempre ha demostrado el grupo, se ha competido, han luchado hasta el final, pero no daba para más, es lo que había. La necesidad urge a la virtud y gracias a eso, jugadoras como Andrea, María Laguna o Alba Sánchez se han consolidado en el primer equipo, cuando por edad estaban llamadas a hacerlo con el filial.
Como tantas veces, este sábado el equipo lo ha vuelto a hacer. Han regalado la última victoria coral, donde el desarrollo del partido ha sido lo de menos.
Para la memoria y la historia del Club, queda el último abrazo de “La Piñita”, los aplausos hacia una grada que han cambiado esta tarde de trincheras y las lágrimas de agradecimiento por lo vivido.
Todavía queda una semana de Liga, pero el CD Salesianos ya no tendrá que jugarla al tratarse del partido contra Ejido, que les hará sumar tres puntos sin desplazamientos, cerrando el año en verde y un sabor de boca agridulce. No ha sido lo que se esperaba, pero se han conseguido los objetivos. Nadie debe llamarse a engaños, porque si éste es el listón se estará más cerca de caer que de luchar por cosas grandes en los próximos años.
Antes de las vacaciones queda celebrar María Auxiliadora y el torneo apertura, pero esta camiseta de amarillo, ya no volverá a ser la misma porque quienes la vistan, serán diferentes.
Reflexionar sobre lo sucedido
Les decía el técnico puertollanero en el último partido de la campaña pasada que todas “las grandes obras de arte se acaban al estampar la firma del autor”; entonces, hubo borronazo con una derrota que no hacía justicia a lo vivido y este sábado, aquel trazo impreciso, se ha enmendado con los goles para decir adiós sonriendo, cuando en realidad, todos querían llorar.

Se notaban las caras tristes y los ojos encharcados desde el calentamiento. El reloj del crono corriendo hacia detrás, era también la cuenta atrás para esta familia que ha vivido tanto durante las últimas temporadas, en las que se han permitido el lujo, a base de trabajo incansable, de soñar con lo más alto y que este año, se ha visto tropezando por falta de una planificación ambiciosa que tampoco exigía perder la cabeza.
Puede que eso es lo que ha provocado que el cuerpo técnico haya decidido emprender aires nuevos, como también lo tomarán algunas de sus jugadoras importantes que confirmarán sus marchas en estos días; algunas para firmar con otros equipos, otras para despedirse del fútbol sala. El conformismo mata los sueños y contra eso se debe luchar aspirando a ser mejores cada día.
A la directiva le toca reflexionar sobre los fallos que se han cometido en la planificación de esta temporada en la que se perdieron más jugadoras de las que llegaron, pasando por la forma en que se desarrolla el proyecto y con quién se lleva a cabo. Todo lo que llegue para sumar deben valorarlo, y todo lo que no funcione con la grandeza que exige ser mejores, sacarlo de raíz. No queda otra si los objetivos que se fijan están por encima de jugar cada año por la salvación que cada vez es más difícil.

El primer paso de la 23/24, ante las numerosas salidas de jugadoras que parece va a producirse, ya lo han dado. A falta de confirmación oficial, antes de acabar la presente campaña se habla en el seno del Club de cuatro fichajes encarrilados, además del nuevo entrenador que podría ser oficial la próxima semana.
Toca acertar y devolver la alegría a un vestuario que se va a quedar huérfano de líder, si no se quiere perder la ilusión de una hinchada que ha fidelizado durante los dos últimos cursos y de las jugadoras que han confiado en quedarse un año más para defender este escudo que merecen no tener que pelear con pistolas de agua, mientras el resto usa carros de combate.