A punto de cumplir los 38 años, Luis Mariano Vílchez ha tenido que tirar de su talento para regatear, de la mejor manera posible, al peor rival que jamás ha tenido en frente; el coronavirus, ese bichito que está pasando como una epidemia y que se está llevando miles de vidas. El jugador catalán vive para contar que ha sido presa de este virus y que, poco a poco, ya es historia. Porque después de unos días malo, sigue en casa, confinado, para recuperarse y contarlo.
Todo sucedió el pasado 12 de marzo cuando, después de entrenar con el Pedroñeras y tras suspenderse la liga en Tercera División, el jugador catalán decidió irse con su familia para confinarse y estar aislado. Poco a poco empezó a tener dolores de cabeza, fiebre, tos y muchos dolores musculares. Él, como cualquier otro enfermo, sin darle demasiada importancia, tiró de Paracetamol para ver si remitían las dolencias. La cosa, poco a poco, fue yendo a peor hasta que decidió llamar a los servicios sanitarios. Días después de su petición, un médico se presentó en su casa para hacerle la prueba del Covid-19. Era positivo, pero como la fiebre no era muy alta, decidieron aislarlo en su domicilio. Pero hubo momentos en los que, según él, la fiebre le dejó destrozado como un trapillo. Así, hasta el día de hoy. Poco a poco fueron desapareciendo todos los síntomas y permanece en su casa por precaución.
“Lo incubé en Las Pedroñeras y estuve mal varios días. Me dio fuerte la fiebre y me dejó destrozado. Aquí estoy aislado en la habitación. Me tiré dos o tres días con mucho susto y mucha preocupación. Me dijeron que me quedara en casa. Ahora puedo mantener una conversación, pero hasta hace dos o tres días, nada; mucha tos, escalofríos, fiebre…” relataba el jugador del Pedroñeras.
Atando cabos y rabos, Vílchez piensa que con toda probabilidad se contagió por el mister, Javi Bermúdez. “Creemos que Javi me lo pegaría a mí. Él estaba fastidiado y pensaba que eran migrañas, pero cuando se dio cuenta, tenía mucha fiebre y una neumonía de caballo”, indicaba.
Repasando la actualidad, el ex del Almagro, Villarrubia, Daimiel o Socuéllamos, entre otros, mostraba su indignidad tras ver lo que hay en redes sociales estos días. “Me da igual la idea política de cada uno. Yo respeto a todo el mundo, pero leo barbaridades en redes sociales y esta pandemia es de todos y todos tenemos que hacer frente a ello. Me joroba que unos se echen la culpa a otros cuando estamos en una situación de alarma y tenemos que arrimar el hombro. Esto le ha tocado a todo el mundo de una manera u otra porque todos tenemos un primo, un vecino, un familiar o un conocido que está pasando por ello”, argumentaba.
Pese a todo, Vílchez reconocía que “ya estoy mucho mejor. Llevo dos semanas sin salir a la puerta de mi casa y no tengo ningún síntoma. Ahora toca seguir confinado un tiempo más y esperar a que mejore la situación. Es tiempo de tener paciencia pero, sobre todo, de tener una gran responsabilidad social y no tomarnos esto a broma”.
Por último, y dispuesto a seguir dando guerra en los campo de fútbol, Vílchez señalaba que “ojalá me quede cuerda para rato. En cuanto a la competición, yo creo que se va a jugar de alguna manera lo que queda, más tarde o más temprano, porque hay muchos intereses y mucho dinero por medio. Yo por mí, sinceramente, que le den, es mi opinión, pero no nos podemos precipitar después de todo este tiempo encerrados y con lo que yo, personalmente, he vivido y estoy viviendo”.

Y Bermúdez le marca un gol
Si Luis Mariano Vílchez ha regateado al coronavirus, Javier Bermúdez, directamente, le ha marcado un gol. El ex técnico del Almagro y Villarrubia, ha sido el que peor parado ha salido de Las Pedroñeras con un positivo en coronavirus y con una neumonía que le hizo temer por su vida. “Yo no quiero darle pena a nadie, pero lo he pasado muy mal. Sinceramente, pensaba que me iba al hoyo. Cuando me ingresaron en el hospital y vi toda la situación que allí se vivía, pensé que de ésta no salía”, relataba con preocupación Bermúdez, un entrenador que ha sido conejillo de indias para los tratamientos. “Me han medicado con pastillas para la Malaria y para el VIH (sida) y lo pasé fatal. La fiebre me mató y la manera de sudar que tenía no era normal. Después de varios días muy malo en casa, llamamos a la ambulancia, pero hasta los dos días no se presentó. Me monté por mi propio pie y bajé al hospital por mi propio pie, pero al ver unas manchitas blancas en los pulmones cuando me hicieron las placas, temí por mi vida. Poco a poco fui evolucionando a mejor y desde el pasado martes estoy en casa sin apenas síntomas y mucho mejor”, explicaba el técnico de Munguía.
Mientras tanto, Javier Bermúdez y Luis Mariano Vílchez, se recuperan satisfactoriamente en sus domicilios particulares. Con la situación que vive el país, ambos tienen muy claro que el fútbol “pasa a un quinto o sexto plano en esta vida. Ahora, la salud es lo primero”, coinciden ambos.
