El Formac Villarrubia se desquicia

El Formac Villarrubia se desquicia. Y tiene motivo para ello. El equipo de José María Rico volvió a caer víctima de las expulsiones y de la impotencia, la impotencia de un equipo que trabaja y trabaja sin encontrar la fórmula. La ansiedad y la presión de querer y no poder. Cuestión de psicología, quizá.

Ante el Deportivo Guadalajara, el Villarrubia fue mejor, mereció más y coleccionó las mejores ocasiones. Nada suficiente para rascar ni siquiera un punto. Ante un rival rácano y con el mayor presupuesto de la categoría junto al Quintanar del Rey, el cuadro blanquiazul, hoy de amarillo, fue víctima del oficio alcarreño y de la potestad de Tercero Campos, un árbitro que desquició a la grada del Nuevo Campo y que a los ocho minutos presentó su tarjeta de presentación con una roja tras un forcejeo de Capelo con Stevens. El delantero metió el cuerpo, abrió los brazos y golpeó en el rostro de Stevens. No hubo sangre ni ningún tipo de daño. El daño fue para Capelo que se fue lleno de rabia camino de vestuarios y dejó a su equipo con diez todo el partido. Ya en el segundo tiempo fue Vera, otro que cayó en la provocación y en el muestrario de tarjetas del colegiado. El cordobés empujó a un jugador del Guadalajara cuando el línea estaba a un metro y colegiado a dos. Otra expulsión.

Pese a toda la impotencia, el Villarrubia fue mejor y mereció más. De hecho, al finalizar el partido, la grada aplaudió el esfuerzo de los suyos. Tanto, que el equipo volvió a salir para agradecer el incondicional apoyo de una grada y una afición que vio que su equipo quiso en todo momento y no pudo.

Un gol de Stevens a los diez minutos de la reanudación fue la eficacia perfecta para un equipo que acecha el liderato. Antes de eso y después, nada que echarse a la boca en un Guadalajara que dejó pocos argumentos pese a su favoritismo.

Mientras tanto, el Formac Villarrubia lo intentó desde el principio hasta el final. En el primer tiempo, Gustavo avisó con un tímido cabezazo que atrapó sin problemas Manolo. Luego fue Torralbo, en dos ocasiones, el que obligó a volar a Manolo con dos faltas calcadas. La primera, la salvó a córner como pudo. La segunda, el portero se estampó contra el palo.

Más tarde, un buen pase de David Barca a Vera sirvió para que el cordobés se plantara solo ante Manolo, pero su disparo, cruzado, lo detuvo con reflejos el meta solanero. También las tuvo Gasco, en dos rechaces dentro del área, pero el balón no quiso entrar de ninguna manera.

Ya en el segundo tiempo, el Guadalajara llegó, vió, marcó y venció. Fue Stevens, tras un gran control, el que se internó dentro del área para marcar por la escuadra el gol de la victoria. A partir de ahí, los de José María Rico lo intentaron con más corazón que cabeza. Carlos García lo intentó desde lejos con un buen derechazo, pero Manolo estaba bien colocado. También Vera, en otra gran ocasión, pero de nuevo atajó el portero. Y así hasta el final del partido donde el Formac Villarrubia lo intentó con más corazón que cabeza y terminó desquiciado.

Cuarta victoria el equipo blanquiazul en liga y tres bajas importantes para la próxima cita ante el Miguelturreño. Toca reflexionar mucho, corregir errores e intentar enderezar el rumbo en un equipo que en las cuatro primeras jornadas brilló con luz propia y hoy le cuesta atinar con la tecla.