No sólo la calidad de los alimentos de marcas protegidas garantiza a la ciudadanía consumir unos productos elaborados con las mejores materias primas y procedimientos de elaboración, sino que son más rentables para los agricultores y ganaderos.
Castilla-La Mancha es una de las regiones con gran representación de figuras de calidad agroalimentarias, una industria puntera en continuo crecimiento gracias, en parte, a las ayudas a la promoción y a producción que concede el Gobierno autonómico dentro de los Programas de Desarrollo Rural (PDR).
Pueden disfrutar de estas subvenciones los agricultores y agrupaciones de productores, la comercialización de alimentos de calidad diferenciada, y las actividades de información, promoción y certificación de las figuras de calidad.
El consejero de Agricultura, Francisco Martínez Arroyo, es uno de los máximos defensores de este tipo de alimentos, y considera que son la mejor “tarjeta de presentación” de una industria que alcanza el 14% del Producto Interior Bruto (PIB) de la región.
Son estos productos de mayor excelencia los que garantizan el cumplimiento de las normas del sistema de trazabilidad, que permiten conocer todos los pasos en la elaboración de un alimento, y sobre los que los consumidores deben tener mayor confianza.
Entre el amplio abanico de productos amparados por figuras de calidad en Castilla-La Mancha, con un total de 43 figuras (doce de Ciudad Real), destaca el sector vitícola, con nueve marcas, agrupadas en la Asociación de Denominaciones de Origen Vinícolas (Adovin). Tienen un gran prestigio en los mercados internacionales y cada vez mayor presencia en los canales de restauración y hostelería, y en la cesta de la compra.
En concreto, son las denominaciones de origen protegidas Almansa, La Mancha, Manchuela, Méntrida, Mondéjar, Ribera del Júcar, Uclés, y Valdepeñas, además de los pagos vitícolas Calzadilla, Casa del Blanco, Dehesa del Carrizal, Dominio de Valdepusa, Finca Elez, Florentino, Guijoso y Campo de la Guardia Martúe.
Además de los caldos blancos, tintos, rosados o espumosos, la región cuenta con otros alimentos caracterizados por la excelencia y que pertenecen a figuras de calidad compartidas con otras comunidades autónomas.
En este caso son las marcas Agricultura Ecológica, Arroz de Calasparra, IGP Carne de Ávila, Cordero Segureño, Denominación de Origen de Vino Jumilla, DOP Guijuelo, y ETG Jamón Serrano.
Otra de las figuras que distinguen a los alimentos es la de marca colectiva, un marchamo que llevan los Aceites Campos de Hellín, Aceite Sierra de Alcaraz, Aceites Valle de Alcudia, Cebolla de La Mancha, Cordero de La Alcarria y Cueva.
En el caso de los productos con Indicación Geográfica Protegida (IGP) son el Ajo Morado de Las Pedroñeras, la Berenjena de Almagro, el Cordero Manchego, el Mazapán de Toledo, el Melón de La Mancha y el Pan de Cruz.
También hay otra línea de productos con DO Protegida, como el Aceite de La Alcarria, Aceite de Campo de Calatrava, Aceite Campo de Montiel, Aceite Montes de Toledo, el Azafrán de La Mancha, la Miel de La Alcarria, y el Queso Manchego.
Valorizar
Estas figuras sirven para ‘socializar’ y valorizar los productos de la nueva temporada en cada campaña, como es el caso del evento ‘Territorio Campo de Calatrava’, celebrado a finales de 2017 para promocionar los vinos y aceites de marcas de calidad de esta comarca.
Por ello, es muy importante que todos los agentes que participan en la elaboración de los productos diferenciados (incluidos los agricultores y los ganaderos) aprovechen las ayudas públicas para seguir difundiendo sus cualidades.