“Si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo”. Es el lema que encabeza el perfil profesional de Mario González-Mohíno, un joven ingeniero agrícola ciudarrealeño que desde hace unos meses está al frente del proyecto Gestiexplot.
A pesar de su juventud, González-Mohíno atesora una nutrida experiencia dentro de la empresa Agroindes, una corporación de servicios agrarios y ganaderos, en cuyo marco ha montado el nuevo proyecto, que persigue optimizar los rendimientos de las explotaciones agrícolas.
Se trata de una consultoría y asesoría especializada en este tipo de gestión, “orientada a ofrecer soluciones globales, eficientes e innovadoras a los agricultores del siglo XXI”.
Esta visión integral tiene como objetivo “incrementar la viabilidad económica, financiera y medıoambiental” de cualquier explotación agrícola, explica este joven de 26 años, que se declara enamorado del campo, en torno al que siempre tiene “un montón de ideas en la cabeza”.
Ahora desde Gestiexplot, ya en marcha tras participar en un programa de coworking para emprendedores, ya ha contactado con sus primeros clientes, a los que ofrece pautas del manejo de cultivo y de seguimiento de la unidad productiva “para hacer un uso óptimo de los recursos”, además de otras gestiones de corte administrativo.
El manejo del cuaderno de la explotación agrícola, la formación sobre la compra de productos fitosanitarios, semillas, o los usos del agua son herramientas que, a juicio de este experto, pueden mejorar la eficiencia de la actividad y la cuenta de resultados de los agricultores.
Nuevas tecnologías
Las nuevas tecnologías también juegan un papel importante en las soluciones que ofrece este joven ingeniero, ya que utiliza programas que vía satélite analizan suelos y los niveles de las dotaciones de agua en los cultivos, entre otros servicios.
González-Mohíno apuesta por una gestión de corte empresarial para este sector, lo que implica conocer los gastos y costes de los sistemas de producción y así poder valorar la eficiencia de la actividad en función de la rentabilidad.
De hecho, la nueva línea de negocio ha surgido de “la necesidad” de mejorar la gestión de las explotaciones de leñosos (vid, olivar, pistachos y almendros), aunque los agricultores –sobre todo los de más edad- “no se dejen asesorar y no se vea a sí mismos como empresarios”.
El objetivo de Gestiexplot “es darle la vuelta a ese error” y que, al menos, los productores más jóvenes vean en este asesoramiento una herramienta “de futuro”, dado que “se pueden ahorrar insumos y optimizar todos los recursos”.
El objetivo es que “cada euro que se emplee en las explotaciones, tenga retorno”.
Con todo este asesoramiento personalizado y la información de los datos de precisión a modo de big data, “se pueden tomar decisiones acertadas”, apunta González-Mohíno.
En su opinión, un agricultor “que “no sabe lo que cuesta producir, no se puede quejar de los precios bajos, porque podría haber optimizado los recursos y haber bajado el gasto de los inputs”.
Este emprendedor, con lazos familiares por parte de madre en Ballesteros de Calatrava y en Aldea del Rey por parte paterna, ve oportunas empresas como la suya en entornos tan agrícolas como la provincia de Ciudad Real, cuya tradición agrícola representa un gran peso económico en el territorio.
Proyectos como Gestiexplot son “cada vez más necesarios para el control económico de las explotaciones agrícolas, para evaluar su eficiencia y ajustarse a los recursos” y, así, “mejorar el proceso”.
A pesar de su juventud, Mario González-Mohíno presume de conocer las producciones “desde dentro”, ya que a los 16 años empezó a realizar de manera puntual algunas tareas en las explotaciones agrícolas de unos familiares, y de manera más formal contribuyó a seguir los aspectos agronómicos de los cultivos durante los años de carrera.
De cara a un futuro no muy lejano aspira a tener su propia finca “para poner en práctica mis pautas técnicas” y porque “me encanta el campo, trabajar en él y ayudar a otros”.
