La Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG) ha rechazado la «Visión de la Agricultura y Alimentación para 2040» presentada por la Comisión Europea, considerándola una propuesta llena de contradicciones que ignora amenazas clave para el sector, según nota de prensa del sindicato agrario.
COAG dice que ‘La Visión de la Agricultura y la Alimentación para 2040’, presentada por el Comisario Hansen, es una declaración de buenas intenciones que se queda coja en las principales amenazas: obvia la uberización del campo y el creciente apetito de los fondos buitre por las mejores tierras de regadío del sur de Europa y no hace referencia a la destrucción del tejido productivo local en base a la competencia desleal de los acuerdos de libre comercio de la UE con terceros países, caso de Marruecos o Mercosur.
La organización agraria valora la voluntad de que los precios pagados a los agricultores se sitúen por encima de los costes de producción y el vital impulso a la incorporación de jóvenes, pero, para que sea una realidad, debería estar acompañado de actuaciones concretas y valientes en el ámbito de la política comercial europea y la cadena de valor del campo a la mesa. “De lo contrario, se quedará en un brindis al sol”, asegura en su nota.
Alertas
Por un lado, COAG alerta sobre la creciente concentración del sector, con procesos de integración a lo largo de toda la cadena de producción y comercialización que pueden desembocar en un oligopolio. Denuncia que los agricultores corren el riesgo de quedar relegados a meros ejecutores dentro de la cadena, perdiendo independencia y viéndose incluso desplazados por la automatización. Miguel Padilla, secretario general de COAG, critica que las administraciones favorezcan a las grandes corporaciones y fondos de inversión que acaparan tierras agrícolas, lo que dificulta el relevo generacional.
Por otro lado, la organización denuncia que la agricultura se ha convertido en moneda de cambio en los acuerdos comerciales de la UE con terceros países. Sostiene que la entrada masiva de productos sin control está destruyendo el tejido productivo local. Como ejemplo, señala que el acuerdo con Marruecos ha acabado con el cultivo de judía verde en España y que lo mismo ocurre con el tomate cherry. Advierte que el tratado con Mercosur pondrá en peligro la rentabilidad del vacuno de carne, los cítricos y la miel. Padilla insiste en que los agricultores no pueden competir en condiciones de desigualdad y pide que se garantice la venta a precios rentables.
Ante esta situación, COAG reclama tres medidas fundamentales. Primero, garantizar precios justos y rentas dignas para los agricultores y ganaderos, regulando el mercado y evitando la competencia desleal de importaciones que no cumplen las normativas europeas. En segundo lugar, exige un período de adaptación para afrontar los cambios del sector, con apoyo financiero e inversiones que permitan la transición digital, ecológica y energética sin que todo el esfuerzo recaiga sobre los productores. Finalmente, pide actuaciones para reducir los crecientes costes de producción, con especial énfasis en el fomento de energías renovables y digitalización del sector, asegurando que los agricultores sean protagonistas del proceso y que el uso de nuevas tecnologías responda a criterios sociales y democráticos.
COAG subraya que sin medidas concretas la visión agraria de la UE no será creíble y que la sostenibilidad del sector pasa por proteger a los productores frente a las amenazas actuales.