La sementera de cereales de invierno se ha iniciado en la provincia de Ciudad Real, con unas 270.000 hectáreas, marcada por los sobrecostes de producción y cierta preocupación ante la escasez de semillas, principalmente de leguminosas, por la nimia cosecha del año pasado, debido a los efectos de la sequía y las altas temperaturas.
Los trabajos de soterrado de granos de cebada, avena, trigo, triticale o colza comenzaron a mediados de octubre, antes de la llegada de la borrasca ‘Aline’, que ha dejado lluvias generalizadas en la provincia, con la tierra en buen estado y abastecimiento de simiente normalizado.
José María Ciudad, responsable de la sectorial de Cultivos Herbáceos de Cooperativas Agroalimentarias Castilla-La Mancha, apunta a una inicial “preocupación” por una carestía de semillas, principalmente de las leguminosas, cultivo clave para aplicar los eco-regímenes de la nueva PAC.
Según explica el también gerente de la cooperativa cerealista ‘San Isidro’ de Ciudad Real, la nueva reforma agraria marca una horquilla de entre un 5 y un 10% de oleaginosas y leguminosas sobre la superficie donde se van a aplicar las prácticas de rotación con cultivos mejorantes.
Las exigencias de semillas de estas familias de proteaginosas tendrán más demanda de grano, que se suma a las necesidades de grano del resto de cereales, con existencias menores.
Por ello, desde la cooperativa, que gestiona un Centro de Selección de Semillas, atenderán las demandas no solo de sus socios, sino de terceros. “Intentaremos abastecer a todos”, sostiene el gerente, quien reconoce el buen estado de la tierra antes de las últimas precipitaciones. Con ellas, la nascencia estará asegurada.
Siembra de colza
Precisamente, el cerealista ciudarrealeño Pedro Martínez comenta a pie de campo el inicio de su particular siembra con cerca de 800 hectáreas entre la colza que estos días están soterrado (100 ha), la superficie de triticale, trigo, cebada (400 ha) y de guisantes (200 ha), además de la de barbecho.
Cuenta con suficiente materia vegetal para soterrar, dado que “hago unas 200 hectáreas de guisantes, cebada, trigo y triticale con la cooperativa (‘San Isidro’) para multiplicar”, explica.
El agricultor destaca el mayor rendimiento de la colza -que tiene un millón de granos por kilo- entre las proteaginosas, al ser una planta rústica que “adapta muy bien” y, por ello, es muy propia para la alternancia de cultivos.
Con todo, espera mejores resultados que la temporada pasada, lastrada por la falta de agua.
Cooperativa ‘San Pantaleón’
La Cooperativa ‘San Pantaleón’ de Porzuna también está en pleno apogeo de venta de semillas, ante el adelanto del inicio de la sementera de avena, trigo, algo de triticale y leguminosas por parte de sus socios y otros productores de la comarca. “Querían anticiparse al temporal”, señala su presidenta, Carmen Garrido, quien garantiza una oferta de grano suficiente para la demanda que registrarán. “Será más o menos como el año pasado”, calcula, a la vez que recuerda el servicio de limpieza del grano de cereal que numerosos socios aprovechan para higienizar este producto.
Escasez en veza
En la misma línea, Antonio Solís, gerente de la empresa agrícola Cerfasol, que se dedica al comercio al por mayor de cereales, simientes y alimentos para animales, constata una oferta de semillas ajustada, aunque más corta en leguminosas, sobre todo de veza, ante “muy pobre” cosecha de la temporada precedente.
El también ingeniero agrícola atisba “poca calidad” de la materia vegetal por el anterior año “catastrófico”, aunque dará para abastecer las demandas de la sementera.
Es el propio caso de Cerfasol, ubicada en Cinco Casas, con la comercialización de semillas certificadas y el asilado de grano de cereales en grandes volúmenes para pienso.
Altos costes
El agricultor malagonero Pablo Tapiador reconoce el mejor estado de la tierra este año, gracias a las lluvias de junio y principios de septiembre, que permitió una buena preparación para el soterrado de los granos.
Sin embargo, lamenta el “alto coste” de los medios de producción, especialmente los abonos (también gasóleos, o fitosanitarios), que se suma a los casi inexistentes beneficios de la pasada campaña. Por ello, ya metido en la tarea del soterrado de trigos y avenas en unas 60 hectáreas a sembrar -utilizará su propia semilla y otra parte certificada procedente de Cataluña-, está revisando con lupa los precios de los inputs para recortar algunos márgenes al alza. “Podemos perder un año, pero dos seguidos, no”, apunta, a la vez que reprueba la crecida cotización de la veza, a dos euros el kilo.
En este sentido, según algunas organizaciones, la ayuda de la PAC supone un porcentaje mínimo para los gastos medios por hectárea, como son los 600 euros en un cereal como cebada de secano.
También se suman rendimientos que no superan los mil kilos por hectárea.