Con el aceite de oliva virgen extra (AOVE) solo es necesario tiempo para que lo aparente conquiste su evidencia. Los romanos del gran Imperio no tenían ni microscopios, ni las modernas máquinas de análisis nutricional, pero confiaban en una más que apariencia que apuntaba a lo evidente: el aceite de oliva virgen extra era un alimento de cualidades extraordinarias.
Por este motivo no dudó en convertir el AOVE en un producto clave en su dieta, y no un aceite cualquiera, sino el mejor de la época, el que hacían los hispanos en la región bética.
Colina de aceite
En torno a sus siete colinas Roma cimentó su leyenda durante siglos y en torno a su pasión por el aceite de olivo los romanos fueron capaces de construir un monte, el Testaccio. Es un área de 20.000 metros cuadrados en su base y se alza hasta los 35 metros gracias a los restos de más de cincuenta millones de ánforas rotas, la mayoría de aceite de oliva procedente de Hispania.
El aceite llegaba a Roma en estas ánforas que eran “recicladas” en este monte, porque los restos de aceite enranciaban y no permitían un nuevo viaje al corazón de la región bética para un nuevo cargamento óleo.
Lo sabían los romanos y lo evidencian ahora los científicos. El AOVE cuenta con unas propiedades saludables extraordinarias y así lo quieren difundir sus productores, la administración y colectivos sanitarios en la II Jornada de Castilla-La Mancha sobre Salud y Aceite de Oliva. Será este jueves 10 de octubre en el Museo López-Villaseñor de Ciudad Real.
Uno de los principales impulsores de esta jornada es el médico de familia Fernando Colado, quien se define como un médico vocacional al que suma su pasión por el campo, la agricultura y el aceite. Como cuarta generación de olivareros, el doctor Colado incide en que “el mundo del aceite y la salud son indivisibles”.
AOVE e inflamación
En su primera edición, las jornadas abordaron como el estudio Predimed supuso un antes y un después en el conocimiento demostrado de las virtudes saludables del aceite de oliva, en especial en el ámbito cardiovascular. Ahora en esta segunda edición se mostrará su poder antiinflamatorio, bajo el lema ‘AOVE e inflamación’.
Como en otras tantas ocasiones en la ciencia, la presunción llegó a la certeza de casualidad. El doctor americano Gary Beauchamp había sido invitado a un encuentro sobre física gastronómica en Sicilia. Allí dos científicos italianos le dieron a probar un aceite extraído directamente del fruto de los olivares que ellos mismos cultivaban en su finca. Beauchamp había colaborado en el desarrollo de fármacos que tenían entre sus componentes el ibubrofeno y, al ingerir el aceite, la sensación acre le llevó a recordar de inmediato el susodicho compuesto activo.
Beauchamp se llevó una muestra para analizarla y su intuición era correcta, descubrió un polifenol con extraordinarias cualidades antiinflamatorias que bautizó como oleocanthal: surge de la unión de “oleo”, aceite, “canth” del latín acanthus y del griego ákantha, que significa espina, y “al” de aldehido.
A partir de su descubrimiento, en 2005, se puede establecer que cinco cucharadas soperas al día equivalen 250 miligramos de ibuprofeno, pero carentes de sus efectos secundarios.
Al respecto el médico Fernando Colado explica que “no se trata de usar aceite como elemento curativo, como por ejemplo para un dolor de rodilla, pero sí para que sepamos que esa propiedad está ahí y puede ahorrarnos medicación”. De hecho, incide el facultativo, la Sociedad inglesa de Artritis recomienda el consumo diario de AOVE.
Variedades ‘picantes’
Estas cualidades antiinflamatorias abren un importante abanico para distintas aplicaciones terapéuticas y así se abordará en la jornada del próximo jueves. Allí se incidirá en una clave, el picor. El antiinflamantorio oleocanthal no está presente en todos los aceites. Queda, lógicamente, completamente excluido de los refinados, y solo unas pocas variedades de AOVE lo contienen. La picual -cultivada principalmente en Jaén-, la manchega cornicabra y la serrana de Extremadura. En este sentido Colado considera que los productores tendrían que saber ese plus añadido de sus variedades.
“Eso no quiere decir que el resto de los AOVE no sean saludables, simplemente que no tienen esa cualidad antiinflamatoria en concreto”, aclara Colado, que comparará las propiedades del AOVE y el ibuprofeno en la primera charla de las jornadas, tras la inauguración que contará con la presencia de autoridades como el consejero de Agricultura.
Charlas
El catedrático de Nutrición de la UCLM, Guiseppe Fregapanne, también hablará de los efectos antiinflamatorios; el catedrático emérito de Medicina Interna de Córdoba, Francisco Pérez, charlará sobre dieta y síndrome metabólico y planteará el concepto ‘dieta planetaria’, recogiendo las mejores características de las dietas de todo el mundo; también se hablará en la jornada sobre el efecto antitumoral, por ejemplo en el cáncer de mama; las bondades en la artritis reumatoide y cerrará las conferencias el escritor Manuel Juliá.
Como punto final habrá una interesante cata con aceites con el sello QvExtra, que reconoce los mejores AOVE del país.
Con la intención de seguir avanzando, de cara al año que viene el médico Fernando Colado quiere buscar un acompañante al AOVE para las terceras jornadas y el candidato que se perfila es el pistacho.