Estos primeros días del verano coinciden con el inicio del ciclo vegetativo del azafrán. Están dando paso a las jornadas ya trabajadas por los productores de esta especia para desterrar el bulbo (paralizado en su estado vegetal), proceder posteriormente a su pelado y volver a soterrarlo en las explotaciones.
El enterrado del también llamado cormo, precisa Carlos Fernández, presidente de la D.O.P. Azafrán de La Mancha, se extiende desde primeros de mayo hasta finales de agosto o septiembre, “dependiendo de distintos factores”, sobre todo “de la meteorología”. En este caso, son los agricultores los que deciden cuando replantar, en función del nivel de las temperaturas, en muchos casos con el objetivo de “evitar que se deshidraten en jornadas de mucho calor”.
Por ahora, es difícil estimar la extensión de tierra que se va a dedicar al azafrán cualificado, al menos hasta el 1 de octubre, cuando acaba el plazo de inscripción para registrar las parcelas en los organismos habilitados, y así garantizar la trazabilidad en el inicio del proceso.
Fernández recuerda que la DO reúne a unos 200 productores inscritos de las cuatro provincias de Castilla-La Mancha, excepto Guadalajara, y por ello la previsión de superficie, en secano o no, es difícil de calcular, al menos hasta su identificación como un cultivo de un producto de calidad diferenciada.
Con todo, espera que se mantengan las 112 hectáreas cultivadas en 2020 en esta zona de influencia, el 50% en Albacete (55,2 ha), seguida por Toledo, con el 25% (28,2 ha), Cuenca, con el 21,4% (23,4 ha), y Ciudad Real, con algo más de 32,6 hectáreas. Del total, el 57% se cultiva en regadío, 64,6 ha, y el resto, 47,2 ha, en secano.
Respecto a la producción, el máximo portavoz de la DOP Azafrán de La Mancha confía igualmente en unos buenos rendimientos que hagan conservar el volumen promedio de 600 kilos de las últimas campañas.
La cantidad global bajó el año pasado hasta los 451,4 kg, aunque hace tres, en 2018, alcanzó los 915 kilos.
Los precios, por su parte, gozan de una gran salud, al haber alcanzado una cotización en campo de hasta 4.500 euros, muy por encima de los 3.000 euros establecidos en los mercados del último lustro entre los comercializadores de la especia. “Es un máximo histórico muy interesante”, remarca Fernández, que recuerda que el 52% del producto cualificado tiene destino nacional, mientras que el resto se vende en terceros países, con EEUU como máximo importador.

Acciones promocionales
Una de las principales acciones del Consejo Regulador DOP Azafrán de La Mancha es la promoción del producto a través de campañas divulgativas, como la de apoyo el pasado 19 de junio al Festival de los Sentidos de La Roda (Albacete). Como patrocinador, el CRDO organizó una paella popular para varios cientos de personas que cocinó el maestro arrocero de Valencia, Juan Carlos Galbis (primera estrella Michelín Comunidad Valenciana), en la que no faltó como ingrediente estrella el #AzafrándeLaMancha con Denominación de Origen
Otra línea de colaboración de la entidad será la que mantendrá con la flamante Asociación Caminos del Azafrán de La Mancha, recién constituida. Se trata de un proyecto, presidido por Santiago Alberca, también vicepresidente de la DOP, formado inicialmente por empresas envasadoras de azafrán con DOP y otras instituciones.
Su principal objetivo es ofrecer experiencias turísticas en torno a este producto, el único de España reconocido con una figura de calidad.
Es una entidad, según Fernández, que ayudará con diferentes paquetes a difundir “las potencialidades y connotaciones culturales, históricas, tradicionales y sociales del azafrán, y su importancia en la gastronomía”.
También realizarán iniciativas con influencers y en redes, “formas de estar presentes para dar valor a un alimento único”.