Con el objetivo de poner a disposición de agricultores y técnicos un nuevo campo experimental y demostrativo en el cultivo del almendro, la finca ‘La Media Legua’, de Argamasilla de Alba, fue recientemente el escenario del ensayo de una plantación de almendro en alta densidad que innovará la forma de producción de este cultivo leñoso. Se trata de la prueba en campo del IRTA-1, un portainjerto “equilibrado que regula el vigor de la variedad parar el cultivo superintensivo en almendro”, comenta a El Campo Cristóbal Aránega, director de la empresa de servicios agrícolas y medioambientales Crisara, encargada de la dirección técnica del proyecto.
Resultados extraordinarios
El experto indica que el portainjertos fue experimentado y desarrollado por el Centro de Investigación IRTA de Lérida en una primera fase, con resultados “extraordinarios” para la producción superintensiva, mientras que con la fase de campo iniciada en Ciudad Real pretenden “consignar y evidenciar esos datos en una explotación real de manera pionera”.
Aránega destaca la oportunidad de los productores de la comarca manchega donde se iniciaron las plantaciones de alta densidad de conocer el portainjerto, cuya evolución está siendo seguida por Prunotec, delegación en la zona de Crisara. “Será un referente”, pues tendrá una densidad de entre 2.000 y 3.000 pies por hectárea.
En concreto, personal de esta finca está siguiendo de cerca el desarrollo de las 1.300 plantas puestas de tres variedades protegidas (vairo, marinada y penta), injertadas sobre el nuevo portainjerto y plantadas en un marco de uno por tres metros.
Enraizamiento
En la actualidad, tras seis semanas desde que se inició el ensayo, está siendo seguido por los técnicos de Prunotec, cuyas tareas “facilitarán el enraizamiento y garantizarán la brotación”, ya que las plantas “están en pleno crecimiento”.
Según Aránega han elegido Ciudad Real “por el potencial” que tiene este cultivo en Castilla-La Mancha, que cuenta con 100.000 hectáreas de almendro, el 20% de las 500.000 que existen en España.
Tienen la aspiración de producir en tres años hasta 15.000 kilos de almendra por hectárea, frente a la media de 12.000 kilos en superintensivo e intensivo, aunque depende de la dotación de agua. “En el campo está la prueba de fuego”, reseña el especialista técnico.
Con el IRTA-1 “podemos acceder a altas producciones bien controladas y vamos a aumentar la longevidad de las plantas”, por lo que aunque todavía no está disponible en el mercado, supondrá un punto de inflexión en la superproducción de almendra en España.
El proyecto en su fase experimental se extenderá por otros puntos de España, como Extremadura y Andalucía, incluso llegará a Portugal, con un total de 5.000 plantas.