Unión de Uniones de Agricultores y Ganaderos destaca el momento de crisis que atraviesa el sector y muestra su malestar porque el ministro descarte opciones a priori. En este sentido, denuncia que las administraciones efectuaron malas prácticas al imponer el arranque de variedades blancas y sustituirlas por tintas en los programas de reestructuración de viñedo financiado por el Pasve por lo que “no se puede lavar las manos tan alegremente”.
En un comunicado, Unión de Uniones señala que el sector no puede seguir “dando tumbos arrancando variedades blancas que ahora están siendo mucho más solicitadas que las variedades tintas, sin contar con datos fehacientes para llevar a cabo un proceso de reestructuración que se ha demostrado equivocado”.
Por esto mismo, la organización considera necesario que, de manera paralela a los debates del Grupo de Alto Nivel Vino en Bruselas, el Ministerio convoque “con urgencia una conferencia sectorial que dé cuenta de la demanda de arranque existente, defina las fuentes de financiación a utilizar, establezca los criterios de admisibilidad y prioridad y atienda a las señales del mercado con políticas de reestructuración, promoción e inversiones que permitan al sector afrontar los retos de futuro”.
“Si Francia se plantea arrancar hasta 100.000 hectáreas, pone a disposición del sector más de 120 millones de euros y está fijando importes de ayuda de hasta 4.000 euros por hectárea con el fin de reequilibrar el sector, no entendemos como el ministro deshecha esta opción que tendría efectos beneficiosos entre los viticultores con intención de abandonar el sector con un componente social importante, más aún después de cinco campañas con rentabilidades negativas en muchas zonas productivas“, comentan desde la organización.
Unión de Uniones insiste en que no sólo es preciso contar con financiación suficiente, sino que también es necesario que los planes estratégicos que abundan en ejercicios econométricos que pocas veces se ajustan a la realidad tomen en consideración esas señales de los mercados.
“Es cierto que cada país tiene su problemática y sus soluciones, pero las soluciones de España, por ahora, son nulas”, concluyen desde la organización