La Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA) ha mostrado su desacuerdo con un documento aprobado por el COPA-Cogeca en relación con las prácticas comerciales desleales, pues considera dicha propuesta «desacertada e inasumible», según nota de prensa de la organización agraria.
«Nos parece un documento que no atiende a las demandas de los millones de agricultores de toda la UE que salimos a la calle recientemente», aseguran desde UPA. «La mayoría de las medidas planteadas por el COPA-Cogeca no van en la dirección correcta al debilitar los mecanismos haciéndolos voluntarios o estableciendo excepciones sectoriales», han explicado.
UPA no comparte que el COPA-Cogeca se muestre a favor de la voluntariedad de los contratos, e incluso que estos puedan ser de carácter oral. «Hemos luchado años para que los contratos sean obligatorios y por escrito», reconocen.
UPA lamenta el posicionamiento respecto a la contractualización en el caso de las cooperativas. «El COPA-Cogeca debería aceptar», señalan, la propuesta de la Comisión Europea de establecer excepciones a las cooperativas sobre la obligatoriedad de los contratos, siempre que en sus estatutos o en las normas y decisiones previstas se recojan disposiciones que recojan la forma de fijar el precio, la cantidad y pago por calidad y los plazos de pago.
El documento del COPA-Cogeca acepta que no se obligue a firmar contratos por escrito en el caso de que el primer comparador sea una microempresa —menos de 50 empleados o 10 millones de euros de negocio al año—, la estructura más habitual en el sector.
Respecto al registro de contratos, UPA recuerda que la experiencia española es clara: «no ha habido ni una sola operación que una cooperativa haya perdido por el incremento de carga administrativa. El registro es una garantía de que los contratos se firman y de que los plazos de pago se cumplen».
De esta manera UPA quiere poner de manifiesto su «claro apoyo a la propuesta» que fue recientemente presentada por la Comisión Europea como respuesta a las demandas de agricultores y ganaderos que el año pasado pararon Europa pidiendo precios justos y mayor poder de negociación en las relaciones comerciales.