Pablo Morillo es el primer puertollanense que llega a la dirección de Deimos en Puertollano. Tras la marcha de Inmaculada Serrano, Morillo ha tomado el relevo en la dirección de este centro que desarrolla negocios en el área aeroespacial.
Morillo estudió ingeniería industrial en la UCLM, centrado en la electrónica y robótica, posteriormente se incorporó a Tecnobit donde ejerció su labor profesional durante 8 años en el sector de defensa como ingeniería de pruebas. Tras esta experiencia profesional le surge la oportunidad de volver a Puertollano con el inicio de esta empresa en la ciudad en un sector importante y con especial atractivo para este puertollanense.
Con su contrato en Deimos Puertollano desarrolla su labor como ingeniero de pruebas en la integración y pruebas finales de Deimos 2 –tanto pruebas ambientales en Puertollano como ensayos de laboratorios externos en Corea, Francia o Madrid-; a partir de este momento comienza a adquirir más responsabilidades en Deimos como ingeniero de pruebas jefe, gradualmente ha ido adquiriendo responsabilidades en desarrollo de negocio hasta ser el director de este centro en Puertollano.
Pablo Morillo asegura que en estos momentos Deimos Puertollano se encuentra en un “punto de inflexión muy positivo” ya que han pasado de hacer satélites de mayores dimensiones -300 kilos- a otros de menores, es el caso de Neptuno el último nanosatélite con 8 kilos de peso lanzado por Deimos que puede realizar una misión espacial de igual modo, pero con la ventaja de estar activos en un menor tiempo de fabricación y con una menor inversión económica, “están al alcance de gobiernos y de empresas y suelen funcionar en constelaciones de entre 4 y 16 nanosatélites, todos ellos vuelan en formación al mismo tiempo para que vayan sacando mayor cobertura en distintas posiciones.
Deimos Puertollano ya ha fabricado alguno de estos nanosatélites para empresas y en estos momentos se encuentran inmersos en la fabricación de constelaciones, además de contar con nuevos proyectos con la ESA para el diseño de una sonda de espacio profundo para interceptar un cometa prístino, es el proyecto Comet Interceptor.
Comet Interceptor
A través de este proyecto, la unidad de negocio de sistemas satelitales de Deimos realizará el diseño completo de una nave espacial, de 950 kilos, gracias al contrato con Thales Alenia Space en el Reino Unido, responsable de uno de los dos estudios paralelos de la ESA para el diseño detallado de la misión.
Esta nave se lanza y se queda en equilibro –en un punto de lagrange- entre un punto de la órbita de la Tierra y el Sol esperando que entre en el sistema solar un cometa prístino, -son cometas que nunca han pasado cerca del sol-, y por lo tanto tiene su composición estructural inalterada.
Aseguran que no saben cuándo llegarán, ni a qué velocidad va a venir, ni en qué inclinación, por lo que no se puede esperar a lanzar desde la Tierra en ese momento porque no sería posible llegar al paso de ese cometa prístino, solo se podrá realizar la maniobra si la sonda está en ese punto de equilibrio. “El rango de velocidad de interceptación que tenemos es tan grande como de 10km/s hasta 70 km/s, lo que sin duda complica mucho el diseño de la sonda que deberá atravesar la cabellera del cometa, con la que habrá que impactar”, por este motivo se encuentran inmersos en el diseño de un escudo que proteja a la sonda de los impactos que se va a encontrar, “es un reto tecnológico”, puntualizaba.
“Somos los encargados de diseñar una sonda de 30 kilos que va pegada a la nave principal y cuando pase un cometa prístino nos vamos a acercar a él, nos van a liberar de la nave nodriza y vamos a atravesar la cabellera del cometa analizando su composición”, explica Pablo Morillo. A lo largo de este año se está procediendo al diseño de esta nave para, posteriormente, la ESA deberá decidir cuál de los dos consorcios que trabajan en el proyecto se queda con la fase final de ejecución, una decisión que se tomará a finales del próximo año. El lanzamiento está previsto para el año 2028, es una misión fast truck de la ESA.
Neptuno
Neptuno es un nanosatélite de monitorización del tráfico marítimo, un proyecto de I+D, que recibe el identificador de los barcos y permite detectar comportamientos sospechosos de los mismos en alta mar. En este proyecto, Deimos ha realizado el diseño y la integración del satélite completo y la estructura es de termoplástico impreso en 3D que soporta el ambiente espacial, “es el primer nanosatélite que tiene la estructura primaria íntegramente impresa en plástico”.
En estos momentos el centro de control de satélites de Deimos Puertollano está controlando este nanosatélite, una vez que fue lanzado el verano pasado, encontrándose así en la fase de comisionado para poder calibrar todos los subsistemas y que pueda operar con toda la precisión posible. “Estamos terminando esta fase, el satélite se encuentra en buen estado, se encuentra bien, lo controlamos a diario, es un proceso lento pero sigue su curso”, justificaba Pablo Morillo, para que pueda estar operativo a principios del año que viene para “demostrar capacidades” al tratarse de un proyecto de I+D y poder así demostrar la viabilidad de esta solución en órbita para poder plantear el desarrollo de una constelación completa.
Telepuerto de antenas
Deimos Puertollano ofrece también sus servicios a empresas que se dedican a controlar satélites y por este motivo el número de antenas en este centro de operaciones siguen aumentando. “Instalamos aquí antenas suyas y les damos el servicio de mantenimiento, en breve vamos a construir una antena adicional que ya tenemos el contrato firmado con otra empresa”, anunciaba Morillo.
Diseño de un satélite español de alta resolución
Los nuevos proyectos para Deimos Puertollano ya están a las puertas de este 2022. “Acabamos de ganar la fase de diseño de un satélite español de alta resolución, un proyecto que comenzará al inicio de 2022” para poder seguir observando la Tierra y sin abandonar el diseño de satélites de mayores dimensiones. Así, se están diseñando unas plataformas de 150 y 200 kilos con la ESA para la aplicación de estos satélites en órbitas bajas terrestres pero también en misiones más allá, en órbita lunar y órbita marciana.
“Gran parte de las ofertas que estamos presentando ahora son con misiones en órbitas de Luna y Marte donde la complejidad está en la parte de fiabilidad de los equipos, es un paso más, con una misión de órbita baja el tiempo de vida estimado es de 3 años, si esta tecnología la llevas fuera de la órbita de la Tierra donde el ambiente es más hostil, sobre todo desde el punto de vista de radiación, tienes que tener un especial cuidado en el punto de vista de la electrónica para garantizar que la vida útil no sea más corta”, explica Pablo Morillo.
Telescopios en Niefla
Actualmente los telescopios ubicados en el Puerto de Niefla forman parte del área de vigilancia espacial para poder detectar y monitorizar los objetos en la órbita baja, ya sean satélites o basura espacial.
Cuatro telescopios realizan su trabajo en esta zona de cielos despejados y gran visibilidad como observatorio para clientes.
Pablo Morillo se plantea nuevos retos como director de Deimos Puertollano para que “Deimos crezca y se convierta en un referente en Puertollano, que cada vez más gente conozca Deimos en Puertollano, hay mucha asignatura pendiente en este tema, me gustaría potenciar la industria aeroespacial, que Puertollano se convierta en un referente a nivel nacional y europeo y nuestro objetivo es crecer en número de proyectos y crecer en plantilla, poder llevar esta empresa al mayor éxito posible”, asevera.
