Al igual que con la mayoría de cultivos agrícolas, las hortícolas han sufrido los rigores del calor y la falta de agua en los territorios donde se cultivan. Es el caso del pimiento de la variedad autóctona Infantes, cuya recolección acaba de comenzar en las 35 hectáreas sembradas en la actual campaña por parte de la quincena de socios de la cooperativa ‘La Moraleja’, que los procesa y comercializa.
La disminución de la producción viene dada por la reducción de superficie, con un 20% respecto a las 50 hectáreas sembradas el año pasado en los términos de Villanueva de los Infantes y Ossa de Montiel, señala el presidente de la entidad, Luis Mena.
Además del calor, la contracción de la cifra de extensión se ha debido, según Mena, a la falta de relevo generacional y al menor acceso al agua de riego (de la masa de agua subterránea Campo de Montiel) por las restricciones. Las altas temperaturas afectaron “a la cuaja”
Han influido, igualmente, varios episodios de fuerte aire en agosto “que han hecho daño y una rebaja del 30%” entre la producción de los socios colaboradores de la cooperativa. En los últimos años, este mes ha sido negativo para los cultivadores de pimiento de Infantes, tras registrar varios episodios tormentosos y pedriscos, como el de 2019, más fuerte y dañino, que lastró toda la superficie sembrada en el término de la localidad.
La recolección de este año lleva unos días en marcha y los productores están comprobando “la buena calidad” de los pimientos, cuya principal salida comercial es el mercado nacional –un 90%, principalmente en provincias como Burgos, Bilbao, Córdoba y Cádiz-, frente a un 10% de internacionalización, que dirigen en su mayoría a Portugal.
Mena destaca la calidad del Pimiento de Infantes de temporada, cuyos precios en origen –a un euro el kilo de rojo y a 90 céntimos, el de verde- cubren los sobrecostes del proceso productivo. “Los precios de los insumos combustibles, electricidad, transportes- han subido el doble”, denuncia Mena.
La campaña se alargará hasta principios de noviembre y también dará empleo no sólo a los temporeros en el campo, sino hasta una quincena de personas -“unas 16 o 17”- en las instalaciones de la cooperativa donde manejan, seleccionan y envasan los pimientos de los pedidos para después conducirlos en camión a los lugares de destino.
Mena destaca las cualidades de la hortaliza autóctona de la capital del Campo de Montiel, pues es un pimiento “caracterizado por cuatro cascos y un tamaño de mediano a grande”.