Ahora están enfrascados en sus I Jornadas Gastronómicas “Txuletón”, del 21 al 25 de octubre, que suponen una magnífica oportunidad de probar la sabrosa carne a la brasa, especialidad de un restaurante que sabe complementarla a la perfección con exquisitos entrantes y culminarla con un postre y sorbete de calidad, la palabra que más pronuncian sus responsables a la hora de promocionar su negocio y forma de trabajar.
Justo López expliqca que se trata de “una idea que parte del matadero y que nosotros valoramos muy bien puesto que supone degustar un muy buen producto a un magnífico precio. Fuimos dándole forma y al final nos decantamos por hacer un menú cerrado para que no haya ningún tipo de sorpresa de cara al cliente. Lo hemos maridado con una croqueta de chipirón y alioli de azafrán; seguidamente hemos preparado un tomate de la huerta acompañado de lomo de ventresca y cebolla morada y unas mollejas de ternera en brasa. Finalizamos con dos tipos de carne que puede elegir el cliente. Una es de vaca rubia gallega, de unos 6 años de cría, que pasa unos cincuenta días de maduración en cámara antes de poder consumirlo. La otra opción es una vaca turina, de unos cinco años y que también pasa por un periodo similar de maduración y gane en jugosidad y sea mucho más tierna”.
Sobre el postre, el hostelero explica que “es casero con un sorbete, acompañado de cerveza 1906 que es nuestro colaborador”. Los platos de carne son especialidad de un restaurante, que tal y como explica, “es uno de nuestros platos fuertes, de hecho un cincuenta o un sesenta por ciento de nuestra carta se basa en las carnes. Hemos acumulado mucha experiencia y tenemos nuestro madurador de carnes, que no es una cámara normal y corriente, y nos permite saber cuando el producto está en su momento óptimo para su consumo”.
Otro rasgo distintivo de Casa Justo es la cocina a la brasa, “que viene a ser una forma de cocinar que mejora y realza los productos. Estamos a tope con la brasa, no solo en carnes, sino también en pescados”. Sobre la cocina a la brasa, Justo aporta un dato muy curioso que habla de cómo se cuidan al máximo todos los detalles en el restaurante. “Es una tendencia que está muy al alza y no nos queremos quedar atrás. Es importante contar con un buen carbón. A nosotros nos lo preparan expresamente, a mano, de modo que no suelta ese hollín de otros carbones y que la carne se cocine de la manera más limpia posible”.
Y otro aliciente en Casa Justo, el cliente ve como se cocina. “Actuamente, todo lo que sea cocina en vivo goza de mucha aceptación. Se puede ver en la obra que hemos realizado, donde a través de unas cristaleras se puede ver como trabajamos. Incluso hemos sacado la cocina fuera para que el cliente vea todo el producto que va a comer, cómo se elabora y cómo se trata, en definitiva transparencia total
El negocio familiar acumula ya 31 años de trayectoria y con una filosofía muy clara de apuesta por la calidad. “La materia prima tiene que ser de máxima calidad para poder satisfacer a nuestros clientes. Nosotros tenemos obsesión por cuidar a nuestra gente, tratar a todo el mundo bien y eso empieza por darles lo mejor que haya en el mercado”.
Justo López se refiere también a la situación actual que vive el sector hostelero por la pandemia de la covid-19. “Hemos pasado un verano muy bueno, y ahora con el aumento de los contagios en septiembre, la gente está cogiendo otra vez un poco de miedo. Precisamente por eso emprendemos este tipo de iniciativas, para sacar a la gente de sus casas y que se sientan totalmente seguros. Creo que estamos actuando bien y nuestros clientes lo perciben rápidamente”.
