Luis Planas, ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, ha inaugurado hoy el 44 Congreso Mundial de la Viña y el Vino en Cádiz respaldando a la OIV en su labor de “armonizar normas a nivel internacional y promocionar el desarrollo en el sector vitivinícola”. En esta edición, dedicada a las nuevas tecnologías, Planas ha apostado por el poder transformador de la digitalización para dar respuesta a las grandes retos de sector como el cambio climático y la transición agroecológica. En este sentido, ha destacado que la digitalización puede ser instrumento para el control de plagas y mitigación del cambio climático.
Planas ha valorado muy positivamente el papel de la OIV (Organización Internacional de la Viña y el Vino) porque promueve un avance ordenado del sector, como afrontar la transformación digital del campo a la mesa. Asimismo, el ministro ha definido el mundo vitivinícola como un sector “inquieto y vanguardista. El sector agroalimentario, el del vino es uno de los sectores más punteros en la búsqueda de innovación en la digitalización”.
Asimismo Planas considera que la reflexión de los 49 países de la OIV y sus 18 observadores constituye el foro idóneo para lograr los objetivos clave en sostenibilidad social y ambiental, en los que España está a la vanguardia.
Recordó Planas que España es el tercer productor y el primer exportador (27 millones de hectólitros) y el cultivo ecológico constituye un 15% del viñedo. El ministro destacó que el sector del vino es estratégico para nuestra economía, “ya que proporciona riqueza y cohesión territorial en las zonas rurales”, como también “paisaje e identidad que contribuyen a nuestra imagen de país”.
“Hemos de ligar la cultura ancestral con los nuevos consumidores y adaptarnos a los nuevos gustos y demandas, con un lenguaje más afín y emocional”, concluyó Planas.
Por su parte, Pau Roca, director general de la OIV, subrayó que la agricultura digital puede transformar las relaciones entre cadenas de valor en la industria alimentaria. “La gestión del viñedo y etapas de distribución pueden ayudar a abordar cuestiones claves en el sector como la sostenibilidad, la adaptación al cambio climático y la reducción del fraude”. “La velocidad en la transformación es tan alta, que requiere un gran esfuerzo de inversión e innovación”. Los gobiernos deben facilitar este proceso aprovechando el potencial de la digitalización, que debe ser inclusiva y que no deje a nadie atrás”, añadió Roca. Roca apostó por analizar nuevas tecnologías para tener un plantel internacional de expertos. “Hay que lanzar un debate científico sobre el nuevo papel que desempeñan los datos en el sector vitivinícola”. Foros como el que se está desarrollando en Cádiz hasta el sábado, será un paso significativo para un sector moderno, renovador y resiliente, afirmó Roca.
La comunidad científica de la OIV ha estado siempre a la vanguardia de solucionar los problemas que iban surgiendo en el sector desde hace 100 años: filoxera, temas mediambientales, o digitalización.
El presidente de la OIV, Luigi Moio, alertó de una nueva ola de Ley Seca, que se podría generar en el consumo de vino y cantidad para las próximas generaciones; hay que proteger el mundo del vino y desarrollar la promoción responsable de esta bebida con un consumo inteligente a través de programas de formación.
Beatriz Sanz, EY-Lider Global de Data e Inteligencia Artificial, aseguró que “las reglas de juego están cambiando, vivimos momentos históricos para el mundo empresarial y para sectores como el del vino.”. “La suma de personas y la aplicación de la inteligencia artificial desplazará a quienes no se adapten a estas tecnologías; la diferenciación vendrá de los humanos”. “Es una oportunidad para el sector poder contar con los mejores expertos en las distintas parcelas de la cadena de valor”.