Repsol obtuvo un resultado neto de 3.222 millones de euros entre enero y septiembre, un periodo en el que dio entrada a socios estratégicos en sus negocios de Upstream (Exploración y Producción) y Renovables para impulsar su transformación y su perfil multienergético y descarbonizado.
Gracias a estos acuerdos, la compañía adelanta el cumplimiento de objetivos clave de su Plan Estratégico 2021-2025, basado en la aceleración de la transición energética, con crecimiento rentable de los negocios, solidez financiera y una remuneración a los accionistas situada entre las mejores del sector y del IBEX 35. Para seguir reforzando este último aspecto, hoy ha anunciado la propuesta de elevar un 11% la remuneración en efectivo a sus accionistas en 2023.
En un contexto marcado por tensiones internacionales, Repsol continuó ejerciendo su labor como servicio esencial para la sociedad y garantizando el suministro en España, para lo que destinó más de 2.000 millones de euros a incrementar sus inventarios en los primeros nueve meses de 2022. Además, proporcionó significativos descuentos a sus clientes, que en las estaciones de servicio españolas de Repsol se han beneficiado, desde el mes de marzo, de ahorros por valor de más de 300 millones de euros.
En el último trimestre la compañía consensuó con los representantes de los trabajadores el Acuerdo Marco, que estará vigente hasta finales de 2024, en el que se establecen aspectos relevantes como aumentos salariales y nuevas fórmulas de teletrabajo. Adicionalmente, continuó con su esfuerzo inversor, principalmente centrado en la Península Ibérica. El total de las inversiones en los primeros nueve meses del año fue de 2.397 millones de euros, un 47% más que en el mismo periodo del ejercicio anterior.
Repsol se mantuvo en la senda positiva del primer semestre del año, que le llevó a compensar parcialmente las pérdidas de los ejercicios 2019 y 2020, más de 7.100 millones de euros, derivadas de los ajustes de activos para ser cero emisiones netas y de la crisis sanitaria global. El resultado neto ajustado de los primeros nueve meses del año se situó en 4.654 millones, con una aportación del negocio internacional cercana al 60%.
Negocios de Upstream
Los negocios de Upstream e Industrial tuvieron un comportamiento destacado, maximizando sus resultados gracias al impulso de la gestión marcada por el Plan Estratégico 2021-2025. En el área de Upstream, las medidas de eficiencia y el mayor foco en el valor del portafolio de activos de crudo y gas, que se implantaron en un entorno de precios muy bajos, fueron fundamentales para aprovechar toda la rentabilidad del actual ciclo. Este negocio, que desarrolla el conjunto de su actividad fuera de España, obtuvo un resultado de 2.431 millones.
Los precios de los hidrocarburos, que reflejaron la inestabilidad del entorno, influyeron en esta cifra, con una media que, en el caso del crudo Brent, superó en un 55% a la del mismo periodo del año anterior. Así, entre enero y septiembre, este crudo se pagó a una media de 105,5 dólares por barril, aunque desde los máximos del mes de marzo acumuló un retroceso en su cotización superior al 30%. El gas Henry Hub alcanzó los 6,8 dólares por MBtu de media, un 112% más de lo registrado hasta septiembre de 2021.
La tensión en el escenario internacional de precios llevó a Repsol a poner en marcha el pasado mes de marzo, antes que ningún otro operador y anticipándose a la bonificación aprobada por el Estado −que entró en vigor el 1 de abril−, medidas para aliviar el esfuerzo económico de los consumidores. Desde entonces viene aplicando significativos descuentos en la venta de carburantes en sus estaciones de servicio en España, que se han traducido en un ahorro total para sus clientes de 300 millones de euros, aproximadamente.
Esta decisión explica el descenso hasta los 373 millones de euros del resultado del área de Comercial y Renovables. En esta cifra también influyó el esfuerzo de la compañía para tratar de amortiguar las consecuencias que el contexto de precios del mercado de electricidad y gas está teniendo para sus cerca de 1,5 millones de clientes de este negocio.
Por otra parte, la apuesta de Repsol por el negocio industrial, con inversiones en las instalaciones de refino que rondan una media de 1.000 millones de euros anuales desde 2008, le permitió aumentar y optimizar la utilización de sus activos para responder a las tensiones en el mercado internacional de combustibles derivadas de la guerra de Ucrania. Cabe destacar que esta línea de actuación, que ofrece a España una ventaja competitiva que garantiza el suministro en el actual entorno y permite mantener empleo de calidad, se ha continuado mientras que Europa reducía su capacidad de refino.
Además, las inversiones están mejorando aspectos como la flexibilidad o la eficiencia de estos activos, como demuestra el hecho de que los centros industriales de la compañía hayan reducido su consumo de gas en un 45%. El área logró un resultado de 2.031 millones de euros.
El actual momento positivo del negocio de Refino no evitó que Repsol decidiese registrar provisiones por deterioro en el valor contable de sus refinerías, cuya rentabilidad y competitividad a largo plazo quedarían impactadas en caso de no corregirse aspectos como la inseguridad del entorno de negocio y la presión regulatoria y fiscal en Europa. Estas provisiones suponen la mayor parte de los resultados específicos del periodo enero-septiembre, que se situaron en -2.086 millones de euros.
La volatilidad del entorno quedó patente en el caso del indicador de margen de refino, que estuvo hundido todo el pasado ejercicio y en los primeros meses del año en curso, afectado por el descenso de la demanda de carburantes. Esta situación se revertió en el segundo trimestre, con fuertes subidas que lo llevaron hasta los 23,3 dólares por barril, pero entre julio y septiembre se produjo un nuevo descenso,
hasta 12,7 dólares por barril, debido a factores como el alza de los costes energéticos.
En este último periodo, la volatilidad fue máxima, con oscilaciones del margen entre 0 y 20 dólares por barril. Los márgenes medios de los últimos periodos se sitúan muy por encima de los registrados en ejercicios anteriores, un alza a la que contribuyó el estado endémico del refino de la Unión Europea, que ha reducido su capacidad en más de un 10% en la última década, debido, principalmente, al cierre de 24 instalaciones provocado por un entorno de escasa rentabilidad e incertidumbre regulatoria.
Negocio de química
Por su parte, el negocio de Química sufrió las consecuencias de un entorno a la baja, con demanda y márgenes en caída y afectado por la subida de los costes energéticos. La transformación de la industria para establecer un modelo descarbonizado que permita su sostenibilidad futura es estratégica para Repsol. Se trata de una actividad que proporciona una sólida fuente de empleo (200.000 familias dependen directamente del sector del refino en nuestro país), refuerza la independencia energética de España y es palanca indispensable en la transición energética. La compañía no ha dejado de invertir en el futuro de este negocio, incluso en momentos como los años 2020 y 2021, cuando la crisis de la COVID afectó profundamente al refino y este arrojó un resultado negativo de 612 millones de euros.
La actividad desarrollada por Repsol le llevó durante los primeros nueve meses del año a realizar una contribución fiscal de más de 11.800 millones de euros, de los cuales más del 70% se pagaron en España.