Hablar de Vega Sicilia es hablar de una bodega que ha trascendido el tiempo y las fronteras. Fundada hace más de 150 años en el corazón de la Ribera del Duero, ha sabido mantener un equilibrio perfecto entre tradición e innovación. La meticulosa selección de sus uvas, la fermentación controlada y su excepcional proceso de crianza hacen de sus vinos, especialmente Único y Valbuena, auténticas joyas enológicas. Para conocer en profundidad cómo se elabora uno de los vinos más prestigiosos del mundo, conversamos con Rodrigo Martínez, responsable de eventos de la bodega, quien nos desvela los secretos y el trabajo que hay detrás de cada botella de Vega Sicilia.
La finca que actualmente ocupa uno de los mejores viñedos del mundo se conocía antiguamente como Coto de Santa Cecilia, sufrió una adaptación fonética y se convirtió en Sicilia. Ubicada en plena Vega del río Duero, el nombre de la mítica bodega ha quedado bautizada para siempre y para el mundo como Vega Sicilia.
PREGUNTA- ¿Por qué Vega Sicilia es tan especial en el mundo del vino?
RESPUESTA– Nuestra filosofía es evolución sin revolución, como acostumbra a decir don Pablo Álvarez, el consejero delegado de Vega Sicilia. Hemos sabido mantener la esencia de la bodega sin dejar de innovar. Aquí no hay prisas: cada vino sigue su proceso sin aceleraciones, respetando los tiempos naturales de crianza.
Además, cuidamos hasta el último detalle, desde la selección de la uva hasta el envejecimiento en barrica y botella. Todo está pensado para ofrecer vinos longevos, complejos y equilibrados, que reflejan la grandeza de la Ribera del Duero y la tradición de Vega Sicilia.

P- ¿Cuál es la clave de su éxito?
Sobre todo, el control y la calidad. Uno de los aspectos fundamentales en la filosofía de Vega Sicilia es el control absoluto sobre sus procesos. Con una finca que alberga entre 100 y 150 años de historia, la bodega ha iniciado la producción de sus propias barricas con roble cultivado en sus tierras. Además, cuenta con 60 hectáreas de alcornoques, cuya corteza se utilizará para fabricar corchos de alta calidad en las próximas décadas. Este enfoque integral permite asegurar la calidad desde la base misma del proceso. Se destaca la importancia del suelo en la calidad del vino, especialmente la presencia de caliza y carbonatos cálcicos, características de las grandes regiones vitivinícolas del mundo. La filosofía de la bodega es tratar la uva con el máximo respeto para preservar su calidad.
R- ¿Cómo podría resumir la historia de esta legendaria bodega?
Hay un legado de generaciones. La historia de Vega Sicilia está marcada por diferentes etapas y propietarios que han dejado su huella en la bodega. Desde sus inicios con Txomin Garraviola, pasando por las familias Herrero. Aunque la llegada de Txomin Garraviola, en 1910, marcó un antes y un después en la identidad de la bodega. Este enólogo vasco estableció el estilo de elaboración que se mantiene hasta hoy, basado en largas crianzas y formatos de gran capacidad. A finales de los años 60, Hans Newman, un magnate venezolano, adquirió la bodega tras catar a ciegas una botella de «Único» en Nueva York. Sin embargo, fue en 1982 cuando la familia Álvarez tomó las riendas de la bodega, apostando por la consolidación de su identidad y su proyección internacional.
P- ¿Qué lugar ocupa la transmisión generacional del conocimiento dentro de la bodega?
R – Hasta 2007, muchos trabajadores han vivido en la finca. Y algunos, como el maestro tonelero actual, representan la cuarta generación de su familia trabajando en Vega Sicilia. Cabe destacar el valor del factor humano en la elaboración del vino y la importancia de conservar ese legado.
P-¿Qué se encontró la familia Álvarez cuando adquirió la bodega en 1982?
R- Hasta el 2007, Vega Sicilia era más que una bodega: era una comunidad autosuficiente donde vivían trabajadores y sus familias. Con capilla propia, escuela y un pequeño ultramarinos, podemos imaginar que funcionaba como un cortijo tradicional. Hoy en día, la bodega se ha transformado en el buque insignia del grupo Tempos Vega Sicilia, que agrupa vinos como Único, Valbuena, Alion (Ribera del Duero), Pintia (Toro), Tokaj-Oremus(Hungría), y Macán (Rioja) y está en proceso de incorporar una nueva bodega en Rias Baixas.
La expansión internacional comenzó en 1991 con la creación de Alión, un vino más moderno dentro de la Ribera del Duero; sería el primer proyecto fuera de Vega Sicilia. Y hoy en día seguimos buscando la pluralidad que hay de entornos, de viñedos y de ecosistemas en la Ribera del Duero. Alión es un vino cuyas viñas proceden de parcelas y proveedores de 15 pueblos procedentes de las cuatro provincias de la Ribera del Duero: en Segovia, Soria, Valladolid y Burgos.
En 1993, Vega Sicilia cruzó fronteras hasta Hungría, región de Tokaj, con el proyecto Oremus, consolidando su presencia en los mercados internacionales.

P- ¿Cuál será la próxima bodega de Tempos Vega Sicilia?
R- La próxima bodega de Tempos Vega Sicilia se llama Deiva, elaborará los grandes albariños Rías Baixas, y será nuestro primer nuestro primer vino blanco 100% español. Se espera una producción anual de unas 300.000 botellas repartidas en dos vinos_ Deiva, y Arnela. Ambos serán monovarietales de Albariño. Las parcelas se han adquirido en Condado de Tea, parte alta del río Miño, también en el Valle del Salnés, cerca de Cambados, O Grove y Sanxenxo, y en la localidad de Crecente. La bodega estará operativa posiblemente en el año 2030.
P- ¿Qué es lo que más ha cambiado desde que la familia Álvarez adquirió la bodega?
R- La expansión internacional comenzó en 1991 con la creación de Alión, un vino más moderno dentro de la Ribera del Duero. En 1993, Vega Sicilia cruzó fronteras hasta Hungría con el proyecto Oremus, consolidando su presencia en los mercados internacionales. Hoy en día, Vega Sicilia exporta a 140 países, lejos de la realidad de los años 80, cuando el 97% de su producción se quedaba en España. A pesar del crecimiento, la bodega mantiene su esencia: La excelencia, la paciencia y la calidad siguen siendo los pilares de Vega Sicilia.
P- En Vega Sicilia la vendimia sigue siendo manual. ¿Por qué esta decisión en un mundo donde la tecnología avanza rápidamente?
R- En Vega Sicilia la tradición manda y la vendimia manual es parte esencial de nuestro proceso. Nuestros viñedos están formados por cepas centenarias y muchas están plantadas en vaso, lo que impide el uso de máquinas vendimiadoras. La única maquinaria que entra al viñedo son los tractores que transportan las cajas de uva hasta la bodega. Además, la vendimia manual nos permite seleccionar la mejor uva desde el primer momento y evitar daños en los racimos.
P- ¿Cómo se transporta la uva hasta la bodega para que llegue en perfectas condiciones?
R- Utilizamos cajas de unos 9 a 12 kg para evitar que el peso dañe los granos. Una vez cosechada, la uva se transporta directamente a la bodega, donde se pesa y se separa por parcelas. Este control nos permite trazar exactamente de qué viñedo procede cada lote y cuánta cantidad se ha recolectado.
P- Antes de comenzar la fermentación, las uvas pasan por cámaras frigoríficas. ¿Cuál es el propósito de este paso?
R- Introducimos las uvas en cámaras frigoríficas entre 20 y 24 horas a temperaturas de 4-6°C. Esto tiene dos objetivos principales. En primer lugar, es un recurso logístico: durante la vendimia tenemos picos de trabajo muy intensos y las cámaras nos permiten almacenar la uva sin que comience la fermentación espontáneamente. En segundo lugar, es un factor técnico: queremos iniciar la fermentación alcohólica con la uva fría para hacer una maceración en frío de dos días, lo que permite extraer más aromas y mantener la frescura y acidez del vino.
P- ¿Cómo es el proceso de selección de la uva una vez en la bodega?
R- Hacemos dos selecciones. La primera ocurre en el viñedo, donde los vendimiadores solo recogen los racimos en perfecto estado. La segunda selección se realiza en la bodega, en una mesa de selección donde cuatro personas revisan cada racimo. Si hay algún grano que no cumple con los estándares, se descarta antes de pasar a la despalilladora.
P- ¿Y qué ocurre después de la selección?
R- Una vez que tenemos las mejores uvas, eliminamos el raspón en la despalilladora, ya que en Vega Sicilia solo trabajamos con el grano. Luego, utilizamos un sistema llamado OVI, que nos permite mover la uva por gravedad sin necesidad de usar bombas mecánicas. Así preservamos su integridad y controlamos qué uva va a cada depósito según su parcela de origen.

P- ¿Cómo se diferencian en su elaboración los dos grandes vinos de Vega Sicilia: Valbuena y Único?
R- Desde el inicio del proceso existen diferencias. Valbuena fermenta en depósitos de acero inoxidable, mientras que Único lo hace en tinos de roble francés. Ambos vinos pasan después por la fermentación maloláctica, que se hace en acero inoxidable para suavizar la acidez del vino.
En cuanto a la crianza, Valbuena pasa un año en barricas de roble francés y americano, y dos años más en tinas de gran capacidad antes de embotellarse. Por su parte, Único permanece dos años en barrica y luego otros dos años en tinas aún más grandes. Finalmente, Valbuena reposa dos años en botella antes de salir al mercado, mientras que Único se guarda cuatro años más en la bodega, alcanzando un total de 10 años de crianza antes de ser comercializado.
Hoy en día, encontramos cinco añadas diferentes de Único; cuatro haciendo el proceso de crianza y la quinta que es la actual, la 2015, que vamos etiquetando poco a poco, y vamos sacando pedidos nacionales y de exportación. Y en el caso de Valbuena, tres añadas de Valbuena, dos haciendo ese proceso de crianza más la tercera que es la añada 2020 y que también vamos etiquetando.
P- En Vega Sicilia fabrican sus propias barricas. ¿Cómo influye esto en la calidad del vino?
R- Producimos alrededor de un tercio de las barricas que usamos. La tonelería propia nos permite seleccionar los mejores robles y controlar el tostado de la madera, lo que tiene un impacto directo en los aromas y estructura del vino. Utilizamos roble francés en un 80-85% y roble americano en un 15-20%.
Las barricas nuevas se usan mayoritariamente en los primeros años de crianza. La más vieja en la bodega tiene un máximo de tres años, ya que buscamos que siempre aporten frescura y complejidad al vino.
P- ¿Cómo es el proceso de fabricación de una barrica?
R- El roble americano lo compramos en Estados Unidos y lo secamos durante dos años al aire, y un año más bajo cubierta antes de trabajarlo. En el caso del roble francés, lo compramos ya curado en Francia y solo lo secamos un año en la bodega.
Luego, la madera se corta y se pule para formar las duelas, que se ensamblan en filas para construir la barrica. Se usa calor y humedad para doblarlas sin romperlas, y se cierran con aros temporales antes de someterlas al tostado, que puede durar entre 20 y 75 minutos, dependiendo del tipo de vino al que esté destinada la barrica. Hay que destacar la importancia del tostado para los aromas del vino, y la personalización de las barricas con marcas específicas. Se producen siete barricas al día con la combinación de técnicas de carpintería, tonelería y herrería en el proceso.
P- Después de todo el recorrido por la Bodega ahora sólo queda probar Valbuena y Único ¿Podría comentar esta cata?
R- En Valbuena 5º 2020, lo más destacable al principio es la untuosidad y la textura; esa densidad que aporta. Se combina con mucha elegancia, mucha concentración y para mí Valbuena, creo que es el mejor representante de lo que es la Ribera del Duero: Vinos concentrados, potentes, finos, elegantes, sutiles…
Único 2015 fue el primer vino elaborado completamente por el enólogo de Vega Sicilia, Gonzalo Iturriaga, destacando la calidad de la uva como clave de su éxito. Iturriaga llega en septiembre de 2015, empieza a hacer la cata de uvas en viñedo, en esas parcelas más elevadas. Y es cuando empieza a entender la magia y el secreto de Valbuena y Único. Gonzalo suele decir: “donde no hay mata no hay patata”. La magia, la consistencia y el legado de la bodega vienen por un material genético y un material vegetal, por unas uvas de una altísima calidad.
La uva de Único 15 se resume en 97% de tempranillo y3% de Cabernet Sauvignon. Y seguimos hablando, en las últimas dos o tres añadas de Único, de ese refinamiento, de su textura. A diferencia con Valbuena, lo que nos encontramos es menos fruta fresca y fruta madura, y nos vamos a fruta algo más madura, más frutos rojos, más compota, pero también a más reducción, más aromas terciarios, tabaco, sotobosque..
P- ¿Cuándo recomienda disfrutar estos vinos?
R- Para mí la grandeza de Único es que es un vino tremendamente disfrutable una vez sale de bodega, porque ya sale con 10 años de vida. No hay prácticamente una bodega igual en el mundo que saque al mercado un vino con 10 años de crianza. Por lo cual es tremendamente disfrutable al inicio de su vida; al inicio de estar en el mercado. Pero es casi eterno, porque es un vino que vas a poder disfrutar durante muchísimos años y que va a ir mejorando, incluso, año a año.
P- ¿Qué futuro le espera al mundo del vino?
R-El futuro del mundo del vino se orienta hacia un consumo más consciente y de mayor calidad, aunque en menor cantidad. Se espera que las grandes bodegas continúen existiendo, pero el consumidor será más selectivo, priorizando la calidad sobre la cantidad. Esta tendencia se observa en el sector de bebidas en general. Existe un problema de relevo generacional y una percepción del vino como producto aspiracional, ligado al estatus social, en contraste con su rol tradicional como alimento.
Las bodegas que apuesten por la diferenciación, la calidad y una propuesta de valor sólida tendrán éxito, mientras que las que no aporten nada nuevo tenderán a desaparecer. Se necesita una labor educativa para cambiar la percepción del vino entre los jóvenes, que a menudo lo ven como algo anticuado en comparación con otras bebidas alcohólicas. Hay que centrarse en la educación, formación y promoción del conocimiento sobre el vino, destacando la importancia de saber diferenciar calidades y valorar un vino bien hecho.
P- La realidad de Portugal es diferente…. R-. Allí sigue siendo una cotidianidad beber vino. Portugal sigue teniendo una tradición que aquí se ha perdido. Bueno, probablemente están más arraigados, en muchos de los casos, a la producción de sus propios vinos. Creo que es el entorno cultural el que hace que los portugueses prefieran seguir bebiendo vino.